Dicen que se oyó como un estruendo, un “ruidajazo” y luego muchos estallidos, como de balacera. 

Cuando los vecinos salieron para ver qué había pasado, miraron una gran estructura metálica tumbada en el suelo y unos cables de electricidad sobre una máquina, chisporroteando. 

Se había caído una torre de alta tensión, de esas que hay a la orilla de las carreteras. 

Sucedió en el Kilómetro 64, del camino libre Saltillo – Torreón, en la comunidad del mismo nombre: Kilómetro 64. 

Unos dice que eran las 14:00 horas, otros que las 16:00, del viernes 3 de febrero. Febrero loco. 

Que fue el viento dijeron, que el viento, que ya tenías varios días de estar haciendo viento en el Kilómetro. 

Cuando salieron de sus casas las personas vieron la torre pandeada y los cables de la torre al rojo vivo, crepitado. 

“Una chamaquita andaba allá afuera, estaba lavando y cuando oyó el tronido entró y dijo ‘tía, tía, se está cayendo la torre’ y que sale mija en chinga. No, sí, la torre se estaba ladeando, cayéndose y se cayó”, contó María del Carmen Rodríguez, una vecina. 

Los lugareños cruzaron la carretera con sus niños y sus viejos, buscando ponerse a salvo. Hacía viento, bastante viento. 

“Y luego los cables que estaban pegándose así con el aire, se veía como si anduvieran tirando descargas, balacera. Bien horrible que se oía. Le dije a mi mamá ‘ándele amá, nos vamos a joder aquí, vámonos’. Estaba bien dormidita ella, dice ‘¿qué pasó?’, le digo ‘se cayó la torre casi arriba de la casa’”, contó. 

Alguien reportó y al rato, llegaron policías y trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y quitaron la corriente. 

Que ya podían regresar a sus casas, les dijeron, y la gente regresó. 

Pero qué susto oiga. 

Era la primera vez que pasaba eso en Kilómetro 64 y por eso qué susto. 

La torre se quedó ahí, tumbada a la orilla de la carretera, entre las casas, como el esqueleto de un gran insecto volador que se hubiera desplomado en mitad del desierto.