El presidente estadounidense, Donald Trump, quiere que el G7 vuelva a convertirse en el G8 con la inclusión de Rusia, que fue expulsada tras la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.

"Rusia debería sentarse a la mesa de negociaciones", dijo Trump en Washington antes de partir a la cumbre del grupo en Canadá. "Era el G8 y Rusia tiene que volver a estar", añadió.

La tarea del grupo es organizar el mundo, y para ello hace falta Rusia. "Yo fui la peor pesadilla de Rusia, pero Rusia debería estar en este encuentro", añadió.

Debido a que la situación en Crimea sigue igual, así como el conflicto en el este de Ucrania, hasta ahora nunca se ha abordado la posibilidad de que Moscú volviera al G7, un grupo informal que reúne a los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

Otros líderes, como la canciller Angela Merkel, se habían pronunciado antes defendiendo la opinión contraria a la de Trump. La propia Rusia no ha mostrado gran interés en regresar, y apuesta más bien por el formato ampliado del G20, que incluye también a otros grandes países como China e India.

La cumbre de este año se celebra hoy y mañana en un hotel de La Malbaie, unos 140 kilómetros al noreste de Quebec.

Trump llega rodeado de polémica a la reunión y enfrentado al resto de participantes por los aranceles que impuso Estados Unidos al acero y al aluminio procedentes de Europa, Canadá, Japón y México y por su retirada de los acuerdos sobre el clima y el nuclear con Irán.