Trump puede ganar: ¿qué nos pasaría?

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Trump puede ganar: ¿qué nos pasaría?

Mientras escribo este artículo las encuestas del voto popular y de los votos electorales se van cerrando. Los resultados aún favorecen a la candidata Hillary Clinton, pero cada vez van cerrándose al descender los de ella y aumentar los de Donald Trump. En sincronía con estas mediciones, nuestra moneda aumenta su volatilidad, esto es que sube y baja, pero depreciándose frente al dólar. El nerviosismo de los mercados financieros se deriva del daño que puedan ocasionar medidas proteccionistas de EU a nuestras exportaciones y, por ende, frenen las inversiones.

Estados Unidos es nuestro principal socio comercial. Poco más de 81 por ciento del valor de nuestras exportaciones tienen como destino ese país. De ese total 96 por ciento ya son exportaciones no petroleras. Ahora bien, del total de nuestras exportaciones no petroleras 82 por ciento va a EU. Principalmente son productos manufactureros de la industria automotriz, tanto vehículos como autopartes y electrónicos. Esto además hace que nuestra actividad industrial se mueva al ritmo de la de EU. Las exportaciones industriales mexicanas son parte del proceso de integración de las exportaciones de la industria estadounidense. No obstante ello, la apreciación del dólar frente al resto de las monedas del mundo ha ocasionado pérdida de competitividad. Con lo que nuestra actividad industrial se ha debilitado desde fines de 2015.

La debilidad de Pemex en los últimos siete años y el auge del gas y petróleo de lutita (shale gas and oil) han contribuido a que México pierda importancia para la seguridad energética de EU. Antes de que el vecino país incrementara en más de cuatro millones de barriles diarios su producción, para constituirse en el principal productor de petróleo en el mundo, México era un proveedor clave para satisfacer la demanda de petróleo en EU. Hoy México perdió ese atractivo.

Desde el punto de vista de abastecimiento de hidrocarburos ya no somos estratégicos. En consecuencia, nuestra reforma energética llegó tarde, lo que no significa que no había que hacerla. Curiosamente los papeles se invirtieron; ahora EU es estratégico para la seguridad energética de México. Para impulsar y ser competitivos en la generación de electricidad importamos gas natural. 64 por ciento del gas natural que consume el País se importa de EU. También ahora satisfacemos 64 por ciento de nuestro consumo de gasolinas con importaciones que provienen principalmente de ese país. El sector energético mexicano que antes era importante para la relación bilateral hoy ya no lo es, con lo que perdimos una palanca importante.

Dada la relación comercial y un proceso de integración que sí beneficia a la región (Canadá-EU-México), los ataques continuos a México por parte de Trump afectan las expectativas. El criticar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica era ya costumbre por parte de los políticos de EU; era más común que los demócratas lo hicieran, pero nadie hubiera pensado que una persona ajena al Partido Republicano ganara la candidatura presidencial con un discurso proteccionista y antimexicano. Este evento sería un cisne negro de la política. Dado el papel preponderante que tiene EU en la geopolítica de todos los continentes, hay un temor por cuidar las fronteras que acabó confirmándose con el lamentable acto terrorista del 11 de septiembre de 2001.

Hasta antes de Trump, el mundo y México han creído en la estabilidad institucional de Estados Unidos. Sin embargo, Trump, al no ser una persona con una carrera y experiencia política relevante y tradicional, ha logrado introducir incertidumbre.

El daño que ha ocasionado el efecto Trump en México ya es grande, pues en adición al efecto en el tipo de cambio ha detenido inversiones en espera del resultado electoral del 8 de noviembre. La llegada de Trump con intenciones de imponer medidas proteccionistas y alza en aranceles le quitará a México atractivo a las inversiones para establecerse o expandirse aquí.

El mundo está cambiando; efecto de redes sociales en Medio Oriente, Brexit y Colombia son ejemplo de ello. Por ello es básico que la política exterior mexicana se replantee, y entre otros aspectos cuide nuestra presencia en EU. Ojalá el voto de los hispanos se manifieste y muestre que sí es jugador relevante. ¡Vamos Hillary!

@jchavezpresa