La administración del presidente Donald Trump está considerando una regulación, que permitiría a las autoridades fronterizas de Estados Unidos bloquear temporalmente la entrada al país a ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes, para que no ingresen si se sospecha que son portadores del coronavirus.

La medida podría aplicarse en todos los puntos de entrada de Estados Unidos, incluyendo aeropuertos y la frontera con México, que muchos ciudadanos estadounidenses cruzan frecuentemente por trabajo. 

El borrador de la medida, obtenido por The New York Times, indica que la orden, de hacerse realidad, deberá incluir “protecciones apropiadas para garantizar que no haya una infracción de los derechos constitucionales”, y dice que las autoridades no podrían negarle el acceso a un grupo completo, únicamente a individuos.

La propuesta, sin embargo, busca que autoridades federales puedan impedir que un ciudadano o residente legal cruce la frontera hacia Estados Unidos, si un funcionario “cree razonable que el individuo pueda haber estado expuesto al virus o está infectado” de Covid-19. 

No está claro si la administración de Trump tiene la autoridad legal para impedir que ciudadanos y residentes permanentes de Estados Unidos vuelvan al país, pero el borrador dice que los funcionarios únicamente aplicarían la prohibición “en las circunstancias más raras” y “en interés de la salud pública”.

El borrador tampoco especifica cuánto tiempo tendrían que permanecer fuera de Estados Unidos quienes no puedan ingresar al país por la nueva regla.

Entre los motivos para justificar la medida, la propuesta de la administración de Trump menciona la situación que México vive por el coronavirus, y resalta la muerte por Covid-19 de Jesús Enrique Grajeda, secretario de Salud del estado fronterizo de Chihuahua, el pasado 2 de agosto.