MAZATLÁN, SIN.- Otro empate para las Chivas, ahora en su visita a Mazatlán, a una semana del Clásico en el que tendrá que afinar conceptos en busca de hacerle daño a un América que luce estable en la cancha.

El partido, que además se vivió en un ambiente nunca antes experimentado en el Kraken por el arribo de los aficionados del Guadalajara, fue de más a menos.

Sólo hubo ráfagas, intenciones de crear peligro y ahí nacieron los dos goles. La falta de atención de parte de la defensiva en el primer gol del Mazatlán fue imperdonable.

Todos se fueron en búsqueda del balón, dejando solo a Nicolás Díaz, quien en el segundo poste recibió solo la pelota para después de controlar cruzar a Gudiño (5’).

El partido se cerró aún más. Las Chivas entendieron que debían dejar las florituras para mejor ocasión y comenzar a apretar en todos los sectores de la cancha, y como muestra llegó el gol de Jesús Molina, quien entró como tromba al centro del área para, con seco remate con la cabeza, igualar (35’).

El ingreso de Camilo Sanvezzo dio algo de fuerza al ataque de los locales, pero nada con lo que pudieran volver a hacer daño.

Partido de tonos grises, en el que el Guadalajara dio un paso para atrás de cara al duelo ante el América pero tendrán que recuperar el hambre.