Tributos a Akerman y Olhovich

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Tributos a Akerman y Olhovich

El mismo domingo 4 de octubre, cuando se festejaban los 40 años de Vanguardia, el Séptimo Arte se vestía de luto nuevamente al conocerse del suicidio a los 65 años de edad de Chantal Akerman. 

Akerman, nacida el seis de junio de 1950 en Bruselas, Bélgica, a los 15 años de edad, después de ver el clásico del maestro Jean-Luc Godard, 
“Pierrot el Loco” (1965) se decidió esa misma noche en que iba a ser cineasta. Sin embargo, en una entrevista que concedió en 2011 declaró que sólo le habían gustado partes del mismo. La realidad es que el gremio cinematográfico francés nunca le perdonó su franqueza y desenfado pero justo una década después de decidir en lo que volcaría su vida personal y profesional, en 1975 Chantal Akerman ya estaba sorprendiendo al mundo con películas como “Jeanne Dielman, 23 Quai de Commerce, 1080” donde lanzaba al espectador una pregunta tan simple como compleja; ¿es que el aburrimiento tiene significado? 

Sobre aquel filme, Akerman declaró en su momento lo siguiente: “Creo que es una cinta feminista porque le di espacio a cosas que nunca, o casi nunca, se habían mostrado de la forma en que lo hice. Como los gestos que hacen en su vida diaria una mujer. Son los del nivel más bajo en la jerarquía de imágenes cinematográficas. Un beso o un accidente automovilístico están en un nivel más alto, y no creo que sea de forma accidental”. Descanse en paz.
 
Hablando de legados importantes en el celuloide, en México la semana comenzó el lunes 5 con la entrega de la prestigiada Medalla Salvador Toscano que otorgan la Cineteca Nacional, la Fundación Salvador Toscano y la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas al cineasta mexicano de origen ruso Sergio Olhovich por su trayectoria como director, guionista y productor. 

Nacido el nueve de octubre de 1941, Olhovich es parte de la célebre generación de directores del llamado “nuevo cine mexicano” de los años 70 a la que también pertenecen, entre otros, Arturo Ripstein, Felipe Cazals, Jorge Fons, Alfonso Arau, y Jaime Humberto Hermosillo, entre otros, debutando en la industria con su ópera prima de 1972 “Muñeca Reina” que se basó en una historia en la que compartió créditos en su guión con un escritor de la talla del maestro Carlos Fuentes, y que según el director de la Cineteca Nacional, Alejandro Pelayo, durante la entrega del reconocimiento comentó que dejó ver su interés en llevar obras literarias a la pantalla grande como sucedió con “Coronación” (1975), que protagonizaron Ernesto Alonso y Carmen Montejo, o “El Infierno de Todos tan Temido”, de 1979.
 
Esta última, que tuvo como protagonistas a primeros actores como Manuel Ojeda y Diana Bracho, y que le dio a ganar a Ojeda el Ariel al Mejor Actor de su año, comentó Pelayo que fue una de las más críticas de los años 70 al contar la historia de un activista que es recluido en un manicomio para “curarse” y reintegrarse a la sociedad. “Pero le vienen más personales aquellas historias que encienden su sangre rusa y que le impulsaron a filmar ‘Esperanza’ (1988) y ‘En un Claroscuro de la Luna’, dos de sus filmes más personales que hablan del exilio y el regreso a la patria perdida, con suma melancolía”, agregó el maestro Pelayo. Dedicado en los últimos años mayormente a la docencia, Olhovich impartió en Saltillo hace casi una década un taller donde tuvo como alumnos a Reginaldo Chapa y Carmen Paz.
 
Comentarios a: tesse_69@hotmail.com