Por Emily Johnson, FamilyShare

Además de elegir a la persona correcta para casarte, tener hijos es la mayor decisión que tomarás en tu vida. Es una decisión importante, con más factores y variables de los que se pueden incluir en un artículo. Esta no es de ninguna manera una guía definitiva, pero aquí van tres motivos por los cuales no deberías tener hijos y tres por los que sí.

Tres razones por las que no deberías

1. Porque sientes la presión de los demás

Cada nacimiento lo decide un triunvirato: tú, tu cónyuge y Dios. Nadie más debería involucrarse. No importa la opinión de nadie más. La decisión de tener hijos es un tema extremadamente personal que debe mantenerse dentro de la sagrada relación del matrimonio. Como me dijo alguien alguna vez: "Nadie te puede decir cómo, cuándo, dónde ni por qué tener un hijo". Ese alguien incluye a tus amigos, tus padres, etc.

No deberías usar esta razón de excusa para ofenderte con los que te tiran bromas sobre bebés sin mala intención. Vas a escucharlas de cualquier manera. Ríete también y recuerda al triunvirato importante.

Tú. Tú cónyuge. Dios. Eso es todo.

2. Porque forma parte de tu cultura

La tradición es una parte maravillosa de la vida. Es lo que crea una sensación de pertenencia y conexión con todos a nuestro alrededor.

Pero hay momentos en los que las tradiciones culturales no deberían regir sobre decisiones personales, como por ejemplo tener hijos. Es una decisión demasiado importante para que la determinen tradiciones culturales que cambian con cada década o año.

3. Porque estás aburrido

Estás en casa. No tienes empleo. No pasa nada en tu vida por el momento. Pase (o no pase) lo que pase, podrías sentirte tentado a pensar: "Ey, ¿por qué no hacer un bebé?".

Este tipo de pensamiento inducido por el aburrimiento funciona a la hora de adoptar un cachorrito, no para hacer un ser humano. Que no te pase nada en la vida no es un motivo lo suficientemente bueno para traer un niño al mundo. Crear vida es algo mucho más serio que adoptar un hobby. Es hermoso, sagrado, serio. Y se lo debe tratar como tal.

Tres razones por las que sí deberías

1. Porque estás preparado

Antes que nada, una advertencia: cuando me casé con mi marido, mi padre me dio el siguiente consejo: "Nunca estarás completamente preparada para tener un hijo. Ten eso en cuenta". No me estaba desalentando. En realidad, me estaba alentando a fundar una familia. Él estaba diciendo que la preparación es esencial, pero no la perfección en la preparación.

Si bien es verdad que nunca estarás completamente preparado, puedes acercarte a eso. La preparación asume varias formas: estabilidad financiera, madurez emocional, solidez espiritual, etc. Tener un hijo exige una enorme responsabilidad y puedes prepararte para gran parte de ella.

2. Porque se siente como lo correcto

En última instancia, la decisión de cuándo tener hijos depende de cómo se sientan tu cónyuge y tú. La forma de llegar a esa sensación es, como todo, personal y un tema entre tú, tu cónyuge y Dios. Puede que se dé en conversaciones tarde por la noche, una incontable cantidad de oraciones sinceras o una sencilla mirada compartida que lo explique todo. La sensación puede ser tranquila, emocionante o inspiradora. Sea lo que sea, lo sabrás cuando la sientas.

3. Porque tienes amor

La paternidad sin amor es como las galletitas sin chips de chocolate: posible, pero ni remotamente tan placentera. Los mejores padres tienen amor. Es un tipo especial de amor, un amor ilimitado e incondicional lleno de cuentos a la hora de irse a la cama, besitos, consejos para citas, lágrimas de empatía y un sinfín de abrazos. Los niños necesitan ese amor.

Ellos necesitan preparación. Necesitan seguridad. Y sobre todo, necesitan amor.