Tres estándares de la moral

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Tres estándares de la moral

Dice Peter Kreeft que cuando una situación sea mala, no es excusa para tomar malas decisiones, o llevar una mala vida. Las normas morales y los ideales no fueron diseñados para los buenos tiempos, sino para los malos tiempos.

Las reglas morales son como la ley del Estado: la necesitas más cuando las personas son malas, para proteger a los buenos de la maldad. Las leyes deberían en teoría basarse en la moral. Si no hubiera sufrimiento en el mundo, ¿cómo alguien podría desarrollar la compasión? Si no hubiera dificultades, ¿cómo podrías desarrollar la valentía?

Sólo en un mundo malo podemos convertirnos en buenos.  Las crisis son para la bondad y la bondad para las crisis. Las opciones morales implican elegir entre lo que está real y objetivamente bien, o lo que está real y objetivamente mal. Por eso sentimos culpa cuando hacemos una elección equivocada. Las opciones morales implican una libre voluntad.

Afirmar que no somos libres para elegir, que estamos predeterminados por el medio ambiente y nuestra herencia, está causando más daño a la conciencia moral humana que una guerra. Las malas filosofías pueden ser enemigos mortales de la humanidad. Hay quienes aman la libertad cuando significa poder hacer lo que se nos dé la gana.

No quieren la libertad que significa responsabilidad de elegir lo correcto y vivir con los resultados.

La libertad no es fácil. Nuestro problema es la flojera, hoy queremos que todo sea fácil. La mayoría de nosotros decidimos muchas veces qué hacer y qué no hacer, que decir y que no decir por tres estándares:

1) Tendencias o modas sociales, presiones, expectativas de otros, “todo mundo lo hace”
2) Nuestros sentimientos “No puede estar mal si se siente tan bien”
3) Nuestro deseo por lo más fácil o más placentero y una vida con la menor cantidad problemas.

Seguido usamos esos tres estándares equivocados, más que el estándar de lo bueno y lo malo.

Tomás de Aquino dice que hay tres partes para la moral, y que las tres partes deben ser válidas para cualquier acto sea bueno moralmente. Las tres son:
1) El acto objetivo por sí mismo.
2) El motivo subjetivo
3) La situación o circunstancias.

Las leyes morales pueden ayudar a definir qué clase de actos son buenos o malos, no por tu motivo o intención, sino por el acto en sí mismo.

El motivo subjetivo es la intención que siempre debe ser buena, al igual que siempre debemos hacer cosas buenas. El odio, la avaricia, la envidia, la ira, son motivos equivocados absolutos, al igual que el asesinato y robo son actos equivocados absolutos.

Lo que sí son relativas son las circunstancias, por que cambian. Por ejemplo, podemos dar caridad a una persona pobre para que compre comida, o negarnos a darle ayuda para evitar que compre alcohol. Los tres factores deben de ser correctos moralmente para que sea bueno. Quizá los motivos de Hitler eran sinceros en su deseo de “mejorar” al mundo, pero lo que hizo fue incorrecto. “Coahuila, el estado en el que matar un perro es más penado que golpear a una mujer… la violencia en contra de las féminas no tiene tanto peso como el maltrato animal en Coahuila, ya que no se sigue por oficio.” Querer a los animales por igual que a las personas, es ser indiferente a las personas. Hay quienes quieren más a las personas que a los animales, quieren salvar a las ballenas, pero abortar a los bebés. Cada vez que alguien hace un juicio moral, es criticado por su falta de compasión, y etiquetado con una más de las palabras que empiezan con F: fascista, fanático, y fundamentalista. O alguna otra como intolerante, discriminador, incitador de la violencia. Se debe aceptar y querer a quien hace el mal, pero rechazar u odiar la mala acción. No es lo mismo.