Tratamiento lento
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Tratamiento lento
La importancia del tratamiento de las aguas residuales es una cuestión de salud pública y de cuidado del medio ambiente. En este planeta hay países como Israel y Singapur que desde hace 50 años concentraron sus políticas hídricas en educar a la población sobre la importancia del agua de consumo humano y su escasez, igualmente en Suecia y los Países Bajos han diseñado sistemas innovadores en sus ciudades para asegurar el desarrollo sustentable.
La idea que tiene la mayoría de la gente en este País de que el agua es un recurso inagotable e ilimitado debe cambiar, es urgente educar para modificar la actual cultura del agua y es responsabilidad del Estado instaurar una normatividad que asegure políticas hídricas sustentables.
México padece un gran atraso en el tratamiento de aguas residuales; según cifras del Inegi, sólo el 34 por ciento de los municipios cuenta con plantas tratadoras, lo que indica que el 66 por ciento de aguas contaminadas son vertidas en los ríos y arroyos, lo cual propicia la degradación de los ecosistemas y afecta la salud de la población.
Te quedas estupefacto, aquí los funcionarios públicos estatales celebran que “el proyecto de línea morada para el tratamiento de aguas negras está a punto de ser concluido” en su primera etapa.
Este proyecto que desde el punto de vista del medio ambiente debiera ser prioritario ha tardado 8 años en su construcción, durante los cuales los ciudadanos de Saltillo pagamos la “módica” suma de 90 millones de pesos anuales, nada según los políticos, y agregue usted que durante 4 años el proyecto estuvo detenido, cabría preguntar: los 36 millones de pesos que la ciudadanía pagó durante ese tiempo, ¿a dónde fueron a parar?
El secretario de Vivienda y Ordenamiento Territorial de Coahuila, Jericó Abramo Masso, dijo hace 4 meses que en 15 días el proyecto sería terminado; llegó agosto y reiteró que ahora sí en breve comenzará a dar servicio a 16 empresas, muy pocas. Ello refleja la falta de conciencia del empresariado de Ramos Arizpe y la escasa autoridad de las instituciones encargadas de impulsar este proyecto que permitiría disminuir el estrés hídrico que padecen los ciudadanos de Ramos Arizpe y Saltillo por la sobreexplotación de los mantos freáticos.
A los gobiernos estatales del siglo 21 les ha interesado muy poco promover el tratamiento de las aguas residuales, aunque el antecesor del actual gobernador en 2015 presumió que se construían plantas tratadoras en Sabinas, Nueva Rosita, Acuña, Matamoros, San Pedro de las Colonias, Piedras Negras, Morelos, Monclova, Nadadores, Ocampo, Ramos Arizpe, Saltillo y Torreón, son 12 municipios que mencionó el exgobernador, verdades a medias porque algunas se inauguraron, pero no funcionan, como la de Sabinas que por problemas técnicos arroja las aguas negras al río Sabinas con la consecuente contaminación del río.
Es muy lamentable que el agua tratada de Saltillo se desperdicie, es mínima la cantidad que se aprovecha y es un tema que a los alcaldes no les interesa. En su plan de Desarrollo Municipal, el actual alcalde manifiesta que “garantizará el cuidado del medio ambiente” (P. 108), ya le podemos decir que en cuanto a las aguas tratadas que forman parte de nuestro ecosistema, no está cumpliendo. Muy bien podría, señor alcalde, establecer una política pública para que el empresariado de Saltillo deje de usar el agua de consumo humano y por obligación usen agua tratada en sus empresas, pero se ve que usted no los quiere tocar ni con el pétalo de un compromiso, lo cual es irresponsable de su parte.
Ya se ve, además de lentos, omisos y opacos, las autoridades estatales y municipales son irresponsables, no les interesa el cuidado del medio ambiente.