Trasnacionales buscan apoderarse del territorio para sembrar transgénicos

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Trasnacionales buscan apoderarse del territorio para sembrar transgénicos

Foto: Archivo
Desde hace 30 años empezaron a ubicarse en las mejores zonas de riego de todo el país. En áreas naturales protegidas pasan por encima de la legislación y liberan semillas modificadas

El cultivo de productos transgénicos en México se ha realizado en 356 sitios en todo el territorio nacional y la alianza de las trasnacionales Monsanto y Bayer concentra 60 por ciento de los permisos, aunque han sembrado en áreas naturales protegidas, en centros de origen de los alimentos y en las mejores tierras de riego.

El reporte 30 años de transgénicos en México, realizado por Daniel Sandoval y el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), precisa que la siembra comercial sólo se ha dado con el algodón y las autorizaciones de soya están suspendidas. En el caso del maíz hay un proceso jurídico que tiene cancelado el cultivo.

En la presentación del documento, Sandoval expuso el mapa del país donde se ubican los sitios en los que se han dado permisos para cultivos desde experimentales hasta pilotos. Las empresas se han concentrado en nueve productos, entre ellos maíz, trigo, algodón, soya y jitomate.

El estudio, que retoma datos oficiales del gobierno y las empresas, revela que en el periodo de 1988 a 2005 se otorgaron 317 permisos, pero después de que entró en vigor la legislación en la materia la cifra creció a 853 para 15.4 millones de hectáreas.

Embajada de EU tramita permiso

Entre los solicitantes para el cultivo de estos productos está la embajada de Estados Unidos en México, que tramitó un permiso para sembrar algodón modificado genéticamente en Colima el ciclo primavera 2009, y también hay peticiones de instituciones académicas.

Sandoval detalló que en áreas naturales protegidas, las empresas pasan por encima de la legislación que impide concesiones y hay polígonos de liberación potencial de maíz transgénico de las empresas que se cruzan en áreas protegidas como las islas del golfo de California y la sierra de Tamaulipas. Se refirió a que las firmas señalan que las semillas tienen resistencia a sequía y eso impide la propagación, pero no hay pruebas de ello, ya que generalmente se siembran en sitios con buenas condiciones para prosperar.

Ana de Ita, directora de Ceccam, apuntó que actualmente hay tres conglomerados que controlan las semillas transgénicas, se trata de Monsanto y Bayer, ya fusionadas; las aliadas Dow AgroSciences, Phi-Pionner y Dupont, y Syngenta, unida a una firma china.

Tan sólo de soya, Monsanto y Bayer tienen 62 por ciento de los permisos, mientras el grupo de Dow tiene 25 por ciento. El algodón lo controla Monsanto, mientras 50 por ciento del maíz modificado genéticamente es del grupo Dow, 23 por ciento Monsanto y el resto Syngenta.

Emmanuel González, de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, explicó que ante la crisis climática se argumenta que el uso de estos productos eleva el rendimiento, pero eso no se ha comprobado. Ramón Vera, de la organización Grain, resaltó que el reporte permite observar cómo operan las empresas para posicionarse en el país: asumieron la tarea de expansión, se ubicaron en zonas de riego, buscan apoderarse del territorio para tener presencia en sitios donde pueden generar sus cultivos, quieren contaminar.