Tras victoria electoral Trudeau impulsa cambios en Canadá

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Tras victoria electoral Trudeau impulsa cambios en Canadá

Nueva imagen. Trudeau intenta romper con el estilo de su conservador antecesor. / ESPECIAL
Entre otras modificaciones el liberal plantea retirar a su país de la misión aérea contra el EI

MONTREAL.- La victoria arrolladora del liberal Justin Trudeau en las elecciones canadienses del lunes otorgará al nuevo primer ministro un mandato para rectificar las políticas de su antecesor en el cargo, el conservador Stephen Harper. El cambio que abandera el quebequés Trudeau, hijo del mitificado primer ministro Pierre Elliott Trudeau, propicia un regreso al Canadá de siempre, el del consenso en el interior y el multilateralismo en el exterior. La década de revolución conservadora de Harper ha transformado el país, pero algunas tendencias, como el desplazamiento del poder hacia el Oeste, son irreversibles.

Las elecciones se plantearon como un referéndum: Harper, sí o no. En esa línea, había dos alternativas: cambiar tras una década de gobierno conservador, o evitar los experimentos. Durante la campaña, Harper, de 56 años, retrató a Trudeau, de 43, como un político inexperto y liviano.

Ganó el no y ganó el cambio (“Los canadienses han elegido el cambio. El cambio verdadero”, dijo Trudeau en el hotel de Montreal donde los liberales celebraron la victoria), y la lista de prioridades es larga. Destaca una, la que centró su discurso de campaña, una campaña milagrosa, la más larga en el Canadá moderno, 78 días, en la que Trudeau empezó tercero en los sondeos y acabó, no sólo ganando, sino con mayoría absoluta en el Parlamento de la capital, Ottawa. La prioridad es subir los impuestos a los más ricos y bajarlos a la clase media.

El de Trudeau es un discurso contra las desigualdades y contra la austeridad. Quiere aprobar presupuestos con déficit para invertir en infraestructuras y en servicios sociales. No es revolucionario, pero rompe con la doctrina conservadora —Estado mínimo, rebajas de impuestos, desconfianza hacia lo público— que Harper inyectó en la política canadiense.

Más cambios. Trudeau ha planteado retirar a Canadá de la misión aérea contra el Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés). Quiere restablecer relaciones diplomáticas con Irán e implicarse a fondo en la lucha contra el cambio climático, que Harper veía con escepticismo. Sus asesores hablan de una diplomacia proactiva, sin los acentos neoconservadores de Harper en las intervenciones militares, las relaciones con Rusia e Israel e incluso con EE UU.

La falta de sintonía con el presidente Barack Obama alineaba a Harper con el Partido Republicano. En la derecha estadounidense, exasperada ante la supuesta falta de nervio de Obama, Harper es un ídolo, un líder con la claridad moral que aparentemente le falta a su presidente. Una de las acusaciones lanzadas en Canadá contra Harper fue la de ser demasiado estadounidense: por su arraigo en el Oeste —una región culturalmente más cercana, en algunos aspectos, al Oeste de EE UU que al núcleo histórico de Canadá, en la cuenca del río San Lorenzo— y por su conservadurismo, alejado de la moderación del partido tradicional de la derecha, el Partido Progresista Conservador, cuyo nombre era una declaración de principios.

PRINCIPIOS

> Justin Trudeau buscará que Canadá tenga consenso en el interior y multilateralismo en el exterior.