Tras un agotador maratón de nueve días el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afronta la última etapa de su primera gira internacional en el G7 de Italia reunión en la que se hizo esperar al llegar en último lugar, con 15 minutos de retraso.

El republicano fue recibido por el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, anfitrión de la cumbre y presidente de turno del G7.

Se presume que uno de los temas a tratar por el estadounidense es el de la migración y el Acuerdo de París.

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Trump pasará dos días más en suelo europeo, esta vez en un pintoresco pueblo costero de la isla italiana de Sicilia, donde participa en una cumbre del G7 con los líderes de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá.

"No hay duda de que esta será la cumbre del G7 más difícil en años”, declaró el presidente de Consejo de la Unión Europea, Donald Tusk.

La Casa Blanca cree que Trump ha hecho avances personales con sus homólogos del G7, con los que ya se ha reunido personalmente.

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"Es el momento de que tenga una conversación íntima y que entienda sus problemas y, lo que es más importante, que ellos entiendan nuestros problemas”, dijo el asesor nacional de economía Gary Cohn a reporteros a bordo del avión presidencial Air Force One.

La política exterior será el centro de la cumbre del G7 de este viernes, con reuniones sobre Siria, Libia, Corea del Norte, Afganistán y Pakistán. En la agenda del encuentro de dos días se incluyen discusiones sobre economía global y clima, un encuentro con pequeños países africanos en el que Trump se sentará junto a los líderes de Níger y Túnez, y otras sobre asuntos migratorios y comercio.