Trabajo forzoso e infantil en México amenaza las exportaciones; EU en la mira

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Trabajo forzoso e infantil en México amenaza las exportaciones; EU en la mira

Especial/En su último reporte bianual en la materia, el Departamento de Trabajo (DOL, por su sigla en inglés) de Estados Unidos incluyó 10 productos en los que se realizan prácticas de trabajo forzoso y/o infantil en México
El departamento del Trabajo de EU identificó 10 productos en cuya producción se realizan estas prácticas en México, como el tomate y el chile, lo que puede bloquear el acceso al mercado estadounidense

Las prácticas de trabajo forzoso e infantil que persisten en algunas regiones de México amenazan con bloquear exportaciones agrícolas de México a Estados Unidos, en especial las de tomate y chile pimiento, alertó Herminio Blanco, presidente de la consultora IQOM.

En su último reporte bianual en la materia, el Departamento de Trabajo (DOL, por su sigla en inglés) de Estados Unidos incluyó 10 productos en los que se realizan prácticas de trabajo forzoso y/o infantil en México, en los cuales habrá un mayor riesgo de que sus ventas a Estados Unidos se impidan con la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) el próximo 1 de julio.

En ese reporte, el DOL identifica prácticas de trabajo infantil en la producción de ejotes, café, pepinos, berenjenas, melones, cebollas, amapolas, pornografía, caña de azúcar y tabaco. Y prácticas tanto de trabajo forzoso como infantil en la producción de chile pimiento y tomates.

“El Comisionado de Aduanas de Estados Unidos puede detener un producto y los criterios que utilizaría no están claramente definidos”, advirtió Blanco.

En todos los casos, la responsabilidad recaería en el exportador mexicano y en la cadena de suministro para demostrar que el producto en cuestión está libre de trabajo forzoso o trabajo infantil.

Por ejemplo, sobre el tomate, el producto agrícola mexicano más exportado, el DOL expone en su reporte que hay informes de que hombres y mujeres se ven obligados a trabajar en la producción de esta hortaliza en México.

“Según los informes de los medios, las ONG y el Departamento de Estado estadounidense, hay cientos de víctimas de trabajos forzados que trabajan para producir tomates. Muchas de estas víctimas informan haber sido reclutadas por intermediarios, llamados enganchadores, que mienten a los trabajadores sobre la naturaleza y las condiciones del trabajo, los salarios, las horas y la calidad de las condiciones de vida”, se afirma en el documento.

Tanto el T-MEC como la reforma laboral en México incluyen regulaciones especiales y fortalecidas para atacar estas prácticas laborales negativas.

Las fuentes a las que recurrió el DOL informan que se producen casos de trabajo forzoso tanto en plantaciones comerciales de tomate como en pequeñas granjas, y se han encontrado en estados como Baja California, Coahuila, Jalisco, San Luis Potosí y Sinaloa.

Según esos informes, los trabajadores agrícolas indígenas de las regiones empobrecidas del centro y sur de México son particularmente vulnerables al trabajo forzoso en el sector agrícola debido a los bajos niveles de educación, las barreras lingüísticas y la discriminación. Una vez en las granjas, abundó, algunos hombres y mujeres trabajan hasta 15 horas por día bajo la amenaza de despido y con salarios mínimos.

Como parte de los compromisos en el T-MEC, México, Estados Unidos y Canadá tienen la obligación de embargar cualquier importación proveniente de la región y del resto del mundo que sea con trabajo forzoso o trabajo infantil.

Específicamente en Estados Unidos, la legislación da facultades a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para iniciar una investigación contra una empresa, si se recibe una denuncia, que puede ser anónima, de que el bien que se está importando se produce, ya sea total o parcialmente, por trabajo forzoso en cualquier fase de su cadena.

La evaluación de Washington cubrió 148 productos en 76 países. El DOL reconoce en el documento los “esfuerzos notables” que los gobiernos, el sector privado, los interlocutores sociales y la sociedad civil y las organizaciones multilaterales están emprendiendo para erradicar estos problemas.