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Trabajo de voluntarios equivale a 113 mmdp anuales
Ciudad de México. Los 2 millones de voluntarios que colaboran con las instituciones sin fines de lucro (ISFL) generan un valor económico en México superior a los 113 mil millones de pesos por año, más del doble de lo que produce la industria farmacéutica y casi la mitad de los que se produce en la industria panificadora y de la tortilla, destacó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a propósito de que este martes 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Voluntarios
Cada voluntario aporta 55 mil 526 pesos por año en el trabajo que realizan sin remuneración alguna a través de las ISFL, lo mismo en situaciones de emergencia que para atender problemas fundamentales de la sociedad como abatir la pobreza y el hambre, procurar igualdad de género, preservar el medio ambiente o fomentar el crecimiento económicos de comunidades, entre otros rubros.
El Inegi destacó que la celebración del Día Internacional de los Voluntarios, instituida en 1985 por la Organización de Naciones Unidas (ONU), este año cobra especial significado en México “tras las muestras solidarias de apoyo de la sociedad en general en respuesta a la emergencia suscitada por los sismos de septiembre, porque el trabajo de los voluntarios se hizo patente por su capacidad de reacción ante las necesidades de la población”.
A partir de calcular las horas y el tipo de actividad que realizan los voluntarios en las ISFL y que de no contar con ellos éstas tendrían que pagar con personal contratado, el Inegi señaló que el valor económico que generan duplica al creado en la fabricación de productos farmacéuticos en el país y que equivale a 46 mil 848 millones de pesos, se aproxima al correspondiente a la fabricación de maquinaria y equipo que suma 123 mil 253 millones de pesos y casi representa la mitad del generado en la producción de pan y tortilla que asciende a 207 mil 254 millones de pesos.
Aclaró que aunque el trabajo voluntario se define por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como el que se realiza sin remuneración alguna, aunque quienes lo ejercen pueden recibir un apoyo en traslado y comidas, y porque no existe norma legal que obligue a las personas a realizarlo.
Sin embargo, acotó que el trabajo voluntario puede ser de dos tipos. Uno es el que se realiza de forma directa sin intermediación de alguna organización, como ocurrió con los terremotos del 7 y 19 de septiembre en México con gente que ayudo a la remoción de escombros para rescatar gente atrapada, reguló el tránsito de vehículos y peatones o prepararon comida para los voluntarios.
El otro tipo de trabajo voluntario corresponde a personas que se coordinan con alguna organización e institución para ayudar, como ocurre con la Cruz Roja.
El Inegi sólo tiene cifras sobre el segundo tipo de voluntariado y las más recientes corresponden a 2015, cuando calculó que existían más de 2 millones de voluntarios que reparan viviendas, cuidan enfermos, ancianos, niños y personas con discapacidad o realizan diversas actividades para mejorar el medio ambiente como limpieza de ríos y áreas verdes o trabajos de reforestación.
Este tipo de voluntarios registró un incremento de 51 por ciento entre 2008 y 2015, ya que en el primer año sólo se contabilizaron 717 mil. La cifra ha ido en aumento cada año con excepción de 2009, cuando hubo 86 mil 174 voluntarios menos, lo que implicó una caída de 6.5 por ciento respecto a 2008, ambos años corresponden a la crisis financiera mundial.
Aunque los 2 millones de voluntarios representa apenas 3.8 por ciento respecto de los 52.4 millones de personas que conforman la población ocupada de México, el Inegi destacó que su número es equivalente a la población total de los estados de Yucatán y Morelos, e incluso supera la de Quintana Roo donde hay millón y medio de habitantes.
En cuanto a las instituciones donde se concentran los voluntarios, las organizaciones religiosas ocupan el primer lugar porque con ellas trabajan 38 por ciento de estos mexicanos que donan su tiempo. Enseguida se ubican las organizaciones dedicadas a servicios sociales que van desde grupos de autoayuda, albergues, bomberos, centros de desarrollo infantil y casa de cuna con un 18 por ciento, mientras que en las casas de la cultura, museos y asociaciones literaria sólo participan 3 de cada centenar de voluntarios.