¿Trabajo de escuela o padres?
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¿Trabajo de escuela o padres?
Tenemos apenas una semana de clases en los preescolares, primarias y secundarias y ya tengo una gran cantidad de mensajes y correos electrónicos de maestros, coordinadores y directores de escuelas, enviados a un servidor para ayudarlos en su trabajo docente. Un director de una escuela me comentó esta semana: “Maestro, necesito que nos ayude. La mamá deja a su hijo de preescolar en la escuela y le dice a la maestra, que abre la puerta del carro para ayudar a bajar al niño: ‘Mi hijo no me hace caso y no quiere bajarse. Pídale y bájelo usted’. ¡Pero cómo! Este es trabajo de la mamá”. Otro director me comentaba: “Al llegar el muchacho de secundaria a la escuela, no puede bajarse del carro diez metros antes de la entrada. Se espera hasta estar enfrente, y de paso hay que abrirle la puerta al muchachito de 13 años porque es incapaz de abrirla”. Un maestro, un poco molesto, me expresaba: “¡Qué mal educados son los muchachos de secundaria! Al entrar al salón de clases y saludarlos, ni una palabra de ‘buenos días’. Sólo están inmersos en sus celulares y se molestan cuando les pido que lo guarden al entrar a clase.”
¿Qué nos falta por hacer? ¿Es un problema de escuela? ¿Es un problema de padres? Creo que de todos un poquito. Muchos papás han hecho creer a sus hijos que son personas únicas y que merecen todo. Los llenamos de excesos y no les pedimos nada a cambio. Estamos ante una generación narcisista que cree que es el centro, no sólo de la familia, sino del universo, incluyendo la escuela. Sienten que lo merecen todo y que tienen todo el derecho de exigirlo si no lo obtienen.
Las escuelas también tenemos algo que ver con esta educación centrada sólo y únicamente en el alumno. Los maestros hemos malinterpretado esta concepción y satisfacemos a los alumnos de lo que quieren y no lo que necesitan. Por ejemplo, a nivel universidad, una gran cantidad de carreras profesionales han eliminado los cursos de matemáticas porque al muchacho no le gustan, tiene problemas o son la causa más importante de reprobación.
¿Cómo es posible que disciplinas como administración, diseño, ingeniería, arquitectura, psicología, educación, entre otras, han desaparecido cursos como álgebra, cálculo, estadística o matemáticas básicas? Estamos preparando profesionistas analfabetos matemáticos. Un maestro de arquitectura me comentaba que pidió a sus alumnos que dividieran la hoja a la mitad y la mayoría dobló la hoja. Entonces, el maestro les pidió que usaran su regla, pero muchos de ellos le dijeron: “Maestro, ¿cómo encuentro la mitad usando la regla”. Increíble pero cierto. Ellos serán los que calcularán presupuestos, estructuras y diseños arquitectónicos, pero, ¿sin matemáticas?
Demos a nuestros hijos lo que necesitan y no sólo lo que quieren. Probablemente muchas veces no estarán motivados para hacerlo y nuestro trabajo será que lo cumplan porque es su deber y obligación. Recordemos que somos sus padres y maestros, y no sus amigos. No hagamos su camino fácil porque tarde o temprano se enfrentarán a un obstáculo y lo evitarán en vez de enfrentarlo.
@JesusAmayaGuerr
jesus.amaya@udem.edu