TPP: ambiciosa y opaca iniciativa
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TPP: ambiciosa y opaca iniciativa
La próxima semana se llevarán a cabo las que podrían ser las últimas reuniones de negociación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés). Este acuerdo, que reúne a 12 países de América, Asia y Oceanía, constituye la negociación comercial más importante desde la creación de la OMC. De hecho, en reiteradas ocasiones se ha hecho referencia a este instrumento como la negociación plurilateral más ambiciosa a nivel internacional.
Si tomamos en cuenta que desde hace algún tiempo, en las relaciones internacionales se ha venido privilegiando la tendencia al regionalismo comercial, podría considerarse al TPP como un acuerdo con un alto valor estratégico para que México diversifique sus flujos de comercio e inversión de cara a Asia Pacífico, una región que podría ser la de mayor peso en el presente siglo.
En este sentido, debemos tomar en cuenta que aunque las exportaciones mexicanas al continente asiático reportaron un crecimiento anual de 24.2% en el periodo 2005-2012, los países asiáticos que participan en el TPP solo representan alrededor del 2% de nuestras exportaciones totales. Y considerando que Japón es el único de esos países con los que tenemos acceso preferencial, hay una gran oportunidad para aprovechar nuevos mercados. De hecho, el gobierno mexicano ha identificado una oferta exportable de más de 150 mil millones de dólares y oportunidades de exportación en más de 180 categorías de productos de diferentes sectores como el automotriz-autopartes, equipo y partes eléctricas, químicos, cosméticos, jabones, acero y sus manufacturas.
Por otro lado, de los países del continente americano que participan en las negociaciones del TPP destaca Perú, cuya economía ha sido catalogada como una de las de mejor desempeño en el continente y que junto con Chile es ya nuestro socio en la Alianza del Pacífico.
Con Estados Unidos y Canadá, el TPP representa una oportunidad para actualizar Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sin tocarlo de manera trilateral. Además, el TPP constituye una oportunidad para ampliar nuestra integración con Norteamérica, región con la que nuestra estructura productiva está íntimamente relacionada pues el 37% de nuestras exportaciones incluyen piezas de Estados Unidos.
A pesar de estas posibles ventajas, y como sucede en toda negociación multilateral, hay retos y desafíos que deben preverse, sobre todo porque el TPP, además de incluir los temas que tradicionalmente se abordan en los acuerdos comerciales, abarca temas como la mejora regulatoria y la innovación para pequeñas y medianas empresas.
A ello debemos agregar que la secrecía en la que se han realizado las rondas de negociación han generado dudas y sospechas entre algunos sectores productivos, organizaciones de la sociedad civil y también entre legisladores, situación que ha evitado que el TPP cuente con un apoyo político contundente. De hecho, dentro de los temas sensibles que se han identificado se encuentran los mecanismos de solución de controversias, los derechos de propiedad intelectual y el posible efecto que tendrían en artículos como los medicamentos.
En este contexto, en el Senado esperaremos transparencia y análisis profundo del TPP una vez que el Ejecutivo lo envíe para su aprobación a fin de analizar si constituye una amenaza o una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los mexicanos.