Calificación: 4 de diez

Perdónenme por entrar lleno de prejuicios a la sala de cine. Cuatro películas de “Transformers” y una primera cinta de las tortugas bastante repugnante, me han hecho proceder con precaución cuando veo una cinta de este tipo. ¿Serán mis bajas expectativas la razón por la que esta segunda parte de “Las Tortugas Ninja” me pareció una mejora? Quizá, pero no me malinterprete. Sí, tiene algunos aspectos que la vuelven mucho más entretenida y disfrutable, pero eso no significa que sea una buena película. Para llegar a ese calificativo les queda un largo camino por delante, que quizá nunca van a alcanzar.

La película tiene como subtítulo “Fuera de las Sombras” (“Out of the Shadows”), pues luego de salvar al mundo de Destructor y el Clan del Pie, los cuatro hermanos Rafael, Donatello, Miguel Ángel y Leonardo, creen que se han ganado el derecho de interactuar con la sociedad, que no los aceptaría por ser unas monstruosas creaturas digitales con esteroides. Esto sucede mientras el Clan del Pie regresa, en esta ocasión más ineptos que nunca, para ejecutar el plan más absurdo y ganarse definitivamente el título del más idiota equipo de villanos que jamás se haya visto en la pantalla grande. Resulta que ellos no son más que peones en el plan del malvado Krang, quien busca, ¿adivinaron?, destruir el mundo.

Se dice que nuestra infancia no fue como al recordamos. En algún lugar escuché que todos nuestros recuerdos de las “Tortugas Ninja” parecen tan geniales sólo porque les guardamos cariño (podría aplicar a cualquier otra caricatura de nuestro pasado). Estos recuerdos están distorsionados por nuestra percepción, que no nos permiten ver lo ridículo que era la historia de unas tortugas, que aparte son ninjas, adolescentes, mutantes y les encanta la pizza. Somos víctimas de la televisión y los cómics, pero quizá esta historia absurda nunca fue buena y por eso exigirle calidad a estas nuevas películas es pedir demasiado. Pero una película (cualquiera que sea) debería funcionar por su cuenta, sin importar nada de lo anterior.

Al menos en cuanto a la diversión más superficial hay que aplaudir esta cinta por aceptar el absurdo, cosa que no hizo la anterior estrenada en 2014. Aquella fue dirigida por Jonathan Liebesman, mientras que ahora asume el mando, Dave Green, aunque Michael Bay sigue siendo productor, lo cual sí es un aspecto importante que nos dice ante qué clase de película nos encontramos. Esta segunda parte, sin embargo, hace un mejor trabajo mostrando la dinámica de los cuatro protagonistas, su relación y su interacción, detalles que hacen incluso que algunos chistes funcionen. Esto dota al menos de un mínimo encanto que en la primera parte estaba totalmente ausente. 

Y ya que mencioné a Michael Bay, debemos saber que esta es una cinta de acción de efectos especiales morbosamente apabullantes. Ya el aspecto que tienen las tortugas  debería ser suficiente para darnos una idea. Aunque, también a diferencia de la anterior, aquí hay un par de secuencias cuidadosas, donde al menos podemos saber dónde está cada cosa. Esto dura muy poco, porque cuando llega el final tenemos la obligatoria destrucción masiva en una ciudad, con incluso mucho más caos visual que en la anterior. Por si fuera poco, esta cinta tampoco tiene una sola secuencia de artes marciales, a pesar de que el carácter ninja de las tortugas incluso les da nombre. No hay una sola pelea cuerpo a cuerpo que haga honor a este título, debería mejor llamarse “Tortugas Peleadoras” o “Súper Tortugas” y ya.

Pero si bien algunos chistes funcionan, la cinta se siente menos monótona y hay un par de secuencias de acción llamativas, se trata de detalles mínimos. El resto nos deja claro que a los que hicieron esta cinta no les importaba nada. La historia no tiene pies ni cabeza y está armada bajo idiotas explicaciones que siguen los pasos de Destructor, el líder de un montón de villanos que cuesta trabajo entender por qué son tan temidos. Abril O’Neil (Megan Fox), entra como si nada a robarles a su guarida, los dizque ninjas son vencidos hasta por un tipo con un palo de hockey y, además, reclutan a los dos villanos más imbéciles para que vayan a cumplir con las más importantes misiones. Dichos objetivos se reducen a que Krang aparece de la nada y quiere destruir el mundo con una nave. Y cuando digo que aparece de la nada, no exagero.

Porque si bien al menos las tortugas logran caernos bien aquí, el resto de los personajes, humanos o no humanos, son despreciables estereotipos endebles que no sabemos ni por qué están ahí. Megan Fox sigue siendo el atractivo visual que no sabe hacer absolutamente nada más que verse bien; el galán en turno, Stephen Amell (que interpreta a Casey Jones) podría ser el equivalente masculino, de no ser porque sabe lanzar cosas con un palo; y los tres nuevos villanos: Krang, Bebop y Rocksteady, aunque podrán ser divertidos a ratos, no dejan de ser creaturas grotescas hechas por computadora, sin razón ni sentido.

Uno podrá decir que no se puede esperar coherencia ni seriedad de una cinta de las “Tortugas Ninja”, pero yo pregunto: ¿y por qué no? ¿Acaso sólo por tratarse de una comedia de acción no se le debe poner empeño a la trama? ¿Debe ser sólo chistes y efectos especiales y no trabajar a sus villanos para que al menos sintamos la amenaza como real? Está bien tomarse a la ligera y aceptar el absurdo, pero eso no debe ser un pretexto para descuidar puntos clave. En pocas palabras: no es lo suficientemente divertida para justificar el caos de su contenido. Un par de risas no bastan, sí es mejor que la anterior, pero por sí sola es un desastre. En un futuro, nuevas generaciones tendrán los mismos recuerdos distorsionados de su infancia.

El dato
> Elenco: Megan Fox, Stephen Amell, Will Arnett, Biran Tee, Tyler Perry.
> Director: Dave Green.
> Género: Acción / Comedia.
> Clasificación: B
> Duración: 112