Torreón: las secuelas ignoradas de la tragedia

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Torreón: las secuelas ignoradas de la tragedia

Tan sólo en torreón se calcula que podrían existir más de 4 mil casos derivados de los hechos de violencia ocurridos entre 2008 y 2012

El trágico saldo generado por la guerra contra el crimen organizado en México genera estadísticas funestas que van más allá de contabilizar decenas de miles de vidas humanas perdidas. Implica también miles de desaparecidos y miles de familias desmembradas y marcadas para siempre por la tragedia.

Una de esas dolorosas aristas la constituyen los huérfanos generados por la violencia. Miles de infantes condenados al abandono tras la pérdida de alguno o ambos de sus padres producto de la violencia que ha inundado al País en los últimos años.

En todas las entidades de la república y casi en cualquier ciudad del País es posible encontrar los ejemplos de esta dolorosa secuela. Coahuila no es la excepción y, de acuerdo con el reporte periodístico que publicamos en esta edición, tan sólo en el municipio de Torreón se calcula que podrían existir más de cuatro mil casos derivados de los hechos de violencia ocurridos en aquella ciudad entre 2008 y 2012.

La cifra deriva de una inferencia estadística realizada por el Instituto Municipal de Planeación de Torreón a partir de las cifras conocidas del número de víctimas de la violencia que podrían haber tenido un hijo menor de edad, combinadas con el índice de fecundidad para esa zona.

En otras palabras, el número exacto de niños que han perdido a uno o ambos padres ni siquiera se conoce porque ninguna autoridad ha considerado relevante hasta ahora llevar un registro de este saldo específico dejado por la autentica tragedia humanitaria representada por las miles de muertes violentas generadas por los grupos criminales.

De acuerdo con los datos proporcionados por el Implan, el análisis estadístico que permitió llegar a la cifra señalada fue elaborado a partir de una petición específica del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia para conocer el impacto que en este rubro ha tenido el combate al crimen organizado.

Varias preguntas resultan obligadas ante la crudeza de los datos.

¿Qué planean hacer las autoridades para atender a los huérfanos de la violencia? ¿Alguien está diseñando un programa orientado a ponerle nombre y rostro a la estadística? ¿Qué instancias públicas van a coordinarse para atender este grave fenómeno?

La cifra calculada por el Implan no puede quedarse como un simple dato más para el anecdotario necrológico de este episodio amargo de la vida nacional. La manida frase de discurso según la cual los niños y jóvenes son el futuro del  País tendría que ser dotada de significado tras la revelación de los datos de este estudio.

Muchas son las responsabilidades que el Estado Mexicano ha desatendido y tal abandono se ubica en la raíz de la crisis humanitaria que padecemos. Sería de esperarse que al menos en el caso de los miembros más débiles de la sociedad hubiera una reacción eficaz.