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Toma tiempo reforestar, es necesario el diagnóstico de expertos
En 2011, un gran incendio en Coahuila consumió poco más de 300 mil hectáreas en la zona de Ocampo, Múzquiz y Acuña, sin embargo, fue hasta 2013 que se logró reforestar tan solo el 10 por ciento del área siniestrada, es decir, tan solo 30 mil hectáreas.
El proceso de recuperación de la tierra y los tratamientos para prepararla para la reforestación son tardados, pues según expertos de la Secretaría de Medio Ambiente (Sema), deben concretarse proyectos con decenas de técnicas y personas experto en ingeniería que ayude a que el suelo no sufra cambios y daños por el paso del calor y el fuego.
El ingeniero Jorge Guerrero, director de Recursos Forestales y Vida Silvestre, aseguró que el proceso después de un incendio debe ser planeado y sobre todo, debe ingresar al fondo de recursos mezclados entre la Sema y Comisión Nacional Forestal (Conafor) que permite acceder a fondos.
“Tratar la tierra y prepararla es caro, apenas nos darán para iniciar proyecto en el incendio de Las Copetonas y vamos a ver para que alcanzan los 900 mil pesos que consiguieron”, señaló Guerrero.
PROCESO UN AÑO DESPUÉS
Justamente en ese incendio en La Carbonera, en Arteaga, en la zona conocida como Las Copetonas en donde se perdieron poco más de 400 hectáreas en junio del año pasado, será en los próximos meses que inicien con las revisiones del suelo y la aplicación de recursos para la recuperación; sin embargo, Guerrero aseguró que ya hay grupos de motociclistas y asociaciones que los acusan de no querer reforestar, siendo que la autoridad no ha preparado la tierra y el suelo.
“A veces nos dicen que nosotros somos los que no queremos reforestar porque ellos ya traen sus arbolitos, lo malo es que desconocen que la tierra tiene un proceso natural y que nosotros tenemos que hacer varias técnicas para ayudar al enfriamiento y acomodo”, explicó.
DAÑOS COLATERALES
A las condiciones del suelo y los daños colaterales del incendio, se le suma la dificultad de la geografía de Coahuila pues según el ingeniero Guerrero, hay zonas en el territorio que dificultan la renovación de especies y sobre todo la sobrevivencia pues “a veces vemos que en zonas urbanas, camellones y plazas ponen árboles que se mueren, toman malas decisiones porque piensan que solo es poner un árbol y regarlo, hay que romper con esa idea, la tierra se debe cuidar y tratar para reforestar.
PROTOCOLO A SEGUIR
Estos trabajos de reforestación en todo México se trabajan en tres frentes, por un lado el Estado otorga a decenas de expertos que realizan los trabajos de recuperación y rehabilitación de tierra, todos bajo un protocolo y técnicas difundidas por la Conafor, que finalmente es quien baja el recurso después de un incendio; finalmente, es la Secretaria de la Defensa Nacional quien se encarga de otorgar árboles y plantas que se utilizan para la reforestación.
COAHUILA TIENE BANCO DE GERMOPLASMA
Si bien los procesos para lograr una reforestación son largo, en Coahuila se tiene la ventaja de contar con un Banco de Germoplasma desde hace poco más de 20 años, un sitio único a nivel nacional que cuenta con certificaciones internacionales que lo ha llevado a exportar diversas especies.
Jorge Guerrero explicó que después de un incendio, dentro de los estudios de impacto ambiental, existe personal especializado que recoge semillas y ejemplares vivos de las zonas siniestradas.
“Nosotros en Sema tenemos la capacidad de reproducir esas especies y así, le ganamos 3 o 4 años, es decir, aseguramos el éxito de la reforestación, con semillas que ya vivieron en la zona, plantas y árboles que habitaban ahí y que podemos cuidar y procurar en el banco, al insertarlas en la reforestación aseguramos la vida de las especies”, detalló.
Es por ello que el director de Recursos Forestales y Vida Silvestre, hizo un llamado a las organizaciones, universidad y benefactores que quieran reforestar zonas siniestradas por un incendio, pues aseguró, se deben seguir protocolos, lo que genera que la recuperación sea más lenta.
En esta semana iniciará el proceso de estudios, para una reforestación, en San Juan de la Vaquería, cerca de Derramadero, después del incendio sucedido en el mes de mayo en donde se consumieron al menos 350 hectáreas, un siniestro que fue provocado por el hombre, pero del que todavía se desconoce quién fue el responsable.
Puntos pendientes por reforestar:
Incendio San Juan de la Vaquería (2019): 350 hectáreas
Incendio Las Copetonas (2018): 400 hectáreas
El dato:
La Sema asigna un millón y medio de pesos al año para la recuperación de las zonas siniestradas.