El 16 de abril del 2000 en The Theater at Madison Square Garden de New York se comenzó a escribir una de las más grandes historias de la NFL.

En ese entonces el draft de la NFL se realizaba en sólo dos días y cuando estaba a punto de llegar a su fin, en el turno 199 de 254, durante la sexta ronda, los Patriots decidieron reclutar al mariscal de campo de Michigan, Tom Brady, quien durante su carrera colegial había tenido que compartir la titularidad con Drew Henson.

Brady fue el sexto pasador reclutado ese año, detrás de nombres como Chad Pennington de Marshall, Giovanni Carmazzi de Hofstra, Chris Redman de Louisville, Tee Martin de Tennessee, Marc Bulger de West Virginia y Spergon Wynn de Texas State.

Al igual que muchos de esos nombres, parecía estar destinado a convertirse en un suplente en la NFL detrás de Drew Bledsoe, quien 5 años antes había guiado a los Patriots al Super Bowl XXXI.

Cuando Bledsoe recibió un contrato por más de 100 millones de dólares era claro que Brady no sería el titular en Nueva Inglaterra, hasta la famosa jugada en la que Mo Lewis le rompió un vaso sanguíneo del pecho, obligando a los Patriots a utilizar a Brady esa tarde contra los Jets.

A partir de ese momento, todos conocemos la historia, cinco títulos del Super Bowl, ocho campeonatos de la AFC, tres veces elegido Jugador Más Valioso de la NFL, 13 selecciones al Pro Bowl, cinco al primer equipo All-Pro, un premio al Jugador Regreso del Año y los récords de más victorias para un mariscal de campo en temporada regular y playoffs.

Contrario a Brady, los seis mariscales de campo que escucharon su nombre antes que él ese año se combinaron para un récord 89-102, con Carmazzi y Martin dejando la liga poco tiempo después sin iniciar un solo partido.

En su carrera, Brady tiene marca 196-55, con 5 mil 629 pases completos para 66 mil 159 yardas con 488 touchdowns y 160 intercepciones, además es el líder de todos los tiempos en victorias de playoffs con un récord 27-10 y viene de guiar a los Patriots a décima aparición en el Super Bowl.