Las ráfagas de viento a 70 kilómetros por hora destaparon las casas hechas con techos de lámina, triplay y cartón en la periferia, destruyendo parte de los hogares de aquella zona.

Habitantes de predios ubicados en las faldas de la sierra abaten el viento que desnuda sus hogares con piedras sobre las láminas, lonas y bloques al pie de las cercas hechas con tablas delgadas para evitar que las arrastre el aire.

“Ya está uno acostumbrado y medio se prepara, pero esta racha de aire sí nos llegó sin avisar, se hacen tolvaneras y se viene toda la tierra, pero lo que nos apura es que el viento nos levante las láminas”, comentó Yocuno Moreno, quien radica en un predio federal a un costado del arroyo.

“Cuando no nos llueve nos llovizna”, coincidieron los habitantes a quienes las partes de su casa que cubrieron con hule para protegerse de las bajas temperaturas que antes los azotó, les fue arrancado por el viento.

“Estamos en un área donde sale un volcancito de aire que siempre nos aporrea fuerte y más en estas temporadas, estamos a tiempo de reforzar con pija y clavo los techos para que no nos destape las casas”, agregó Yacuno.

Por ahora, colocaron llantas, ladrillos y tarimas sobre las láminas para evitar perder el material que les ha costado recolectar para armar los tejabanes donde viven.

Más saltillenses que radican en el área perdieron sus portones de cartón y cielos de lámina, quienes a pesar de la adversidad del clima que enfrentan, agradecen que hasta el momento no ha ocurrido un accidente grave que ponga en riesgo la vida de sus familias.