¿Todos contra Trump?

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¿Todos contra Trump?

Sí, es cierto, Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos.

Si, es cierto, su discurso xenofóbico y racista, antinmigrante, lo llevó a la presidencia.

Sí, es cierto, es el reflejo de los blancos de la clase media y alta de la sociedad norteamericana, incluyendo a los afroamericanos, que están hartos de “dejar entrar” -más por la puerta trasera que por la de adelante- a mexicanos y latinos que han invadido sus calles, sus casas y hasta estados como California, donde de sus 38 millones de habitantes, más de 11 millones son mexicanos.

¡Sí, están hartos de nosotros! Pero principalmente de aquellos mexicanos que llegaron con sus cumbias, con sus altares de muertos y vírgenes de Guadalupe, con sus San Juditas en los barrios latinos, con su “escandalosa música” como el reguetón, el corrido norteño, la cultura pues, latina e hispana a pisotear su cultura dizque menos estruendosa y de manera arbitraria.

Sí, me dicen, están hartos.

Porque una cosa es que tengas un vecino sin cultura y a quien le aguantas el ruido y todos sus escándalos y otra cosa es aguantar un vecino así ¡y que aparte no sea de tu país!

Sí, es cierto, hoy esa clase trabajadora, esa mano de obra que encontró un proyecto de vida en Gringolandia y que no encontró en su país de origen, es la base de la fuerza económica del país más capitalistas de la orbe.

Sí, es cierto, nuestros paisanos se emplean como jornaleros en la agroindustria, como albañiles, niñeras, en el aseo de casas y oficinas, como cocineros, lavaplatos, quitanieves, estacionan autos en los parkings, son cajeros, etcétera.

Sí, es cierto, muchos otros se emplean en una industria subterránea, donde les pagan 700 dólares a la semana y les dejan trabajar en el campo y en empresas donde, aunque saben que son ilegales, encuentran los patrones una fuerza laboral y una mano de obra que no encuentran en el mismo Estados Unidos.

Sí, es cierto, Donald Trum ganó porque es el sinónimo del hartazgo de los gringos hacia los mexicanos, y el güero, además misógino, machista, engreído y millonario, fue la mejor carta por la que se jugaron más del 54 por ciento del electorado norteamericano, para terminar con tanta migración.

Sí, es cierto, la economía global se tambalea porque este magnate norteamericano, insensible, sin escrúpulos, racista y xenofónico, nieto de migrantes extranjeros, fue elegido ya como el próximo Presidente de los Estados Unidos y, entre otras cosas, podría llevar a cabo su promesa de construir un muro en los más de 3 mil kilómetros que mide la frontera con México, aunque el mensaje también es para centro y sudamérica.

Sí, es cierto, hay temor, pánico e incertidumbre en América Latina ¡y hasta en Canadá!, porque en este país de temperaturas de hasta menos 20° C, temen una migración forzada de los latinos que quieren salir de Estados Unidos, una vez que Trump entre a la Casa Blanca.

Y mientras la cosa pinta así, a unas horas de las elecciones en Estados Unidos, donde Hillary, cual dama es, reconoció el triunfo del neoyorquino y le llamó por teléfono para felicitarlo, el mundo se vuelca a las redes sociales expresando su temor y su desesperanza por el futuro no sólo de Estados Unidos, sino de una catástrofe de alcance mundial.

Si unas torres gemelas fueron derrumbadas por el antagonismo del republicano Bush, no queremos imaginarnos el futuro que le depara a esta nación con la inexperiencia política de un hombre tan controvertido y acosador de mujeres en su larga carrera de conquistador y hombre de negocios con poder.

¿Más poder como Presidente? No quiero ni imaginármelo.

Pero… Dejando a un lado a Trump y concentrándonos en las reacciones de los mexicanos, es necesario hacer un autoexamen de conciencia y realidad, una realidad que nos aplasta cada día a los que vivimos en este país.

Porque ahora resulta que todos están –o estamos- contra Trump y que el panorama para México se torna oscuro.

¿Es en serio? ¿Todos contra Trump? ¿Panorama oscuro para México?

¡El panorama ya es oscuro en México!

Mexicanos: no pierdan la visión ni la brújula, no se desconcentren, México tiene más problemas de desigualdad social, corrupción política, abuso del poder -incluyendo a los empresarios- feminicidio, muertos y desaparecidos, narcotráfico, impunidad, 13 millones de pobres y apatía de la clase gobernante por resolver tantos problemas, empezando desde el Poder Ejecutivo hasta la sociedad que no despierta del conformismo. Educación que son más empresas privadas y familiares que educativas...

Como decía mi abuela, para señalar y juzgar, primero ponte un espejo frente a ti. Para hablar del vecino, primero atiende tu casa.