Todo sigue igual
Usted está aquí
Todo sigue igual
La muerte es uno de los grandes misterios que nos rodean. Para los creyentes en un Dios, hay vida después de la muerte, lo dicen sus libros sagrados. Para algunos científicos, la muerte es un reinicio donde el espacio y el tiempo solo existen como medio para darnos conciencia. Dicen que quienes han muerto, solo se nos adelantaron un poco a la hora de dejar este mundo extraño y que eso no significa nada, pues es apenas una ilusión, acaso la distinción entre pasado, presente y futuro. Otros más, aseguran que después de la muerte solo está la nada eterna.
Yo como agnóstico, no dispongo de la evidencia para saber si hay vida o no después de la muerte, pero siempre he criticado a quienes se refieren a los muertos como si estuvieran entre nosotros. Pero hoy, exactamente hoy, se cumple un año de aquella mañana cuando supe de tu partida. Así que como el incongruente que soy, haré lo que tanto he criticado, lo hago porque necesito hacerlo, porque debo hacerlo. Contarte que aquí, en este sitio, el de lo mundano y lo natural, todo sigue igual.
Decirte que cuando moriste todo fue confusión y tristeza y que nadie alcanzábamos a creerlo, mucho menos a entenderlo.
Que entre tu familia y tus amigos, buscábamos inútilmente una explicación a esta absurda tragedia y que tu despedida, estuvo repleta de gente cuyas vidas tocaste de tal forma que no alcanzaste a dimensionar.
Que Claudia ha enfrentado tu ausencia y no sin dificultades, ha debido multiplicarse para afrontar la atención de tus hijos.
Que Fernando, tu “Flaco de Oro”, regresó de estudiar en el extranjero con el dolor de no volver a ver con vida a su padre. Te confieso que cuando viajábamos de regreso a Saltillo me hizo una solo pregunta: ¿Tío, mi papá sufrió al morir? Fingí aplomo y le contesté con la verdad, que solo te quedaste dormido, la muerte de los buenos le dicen.
Pero cuando me quedé solo lloré, tal y como volví a llorar cuando lo vi cargando tu féretro. Hoy Fernando se ha graduado con éxito de secundaria y empezará la preparatoria y te aseguro que es un joven extraordinario, fuerte, seguro y educado. ¡Qué orgulloso estarías de verlo!
Pero te tengo malas noticias. Hace unos días, Rodrigo mi hijo y otros amigos, participaron en un torneo de fútbol y el resultado fue el mismo que cuando íbamos juntos a verlos jugar, ellos apenas unos niños en el Instituto Vivir: Perdieron y siguen siendo tan malos, que cuesta trabajo creer que aún lo intenten.
Regina, tu “Periquita”, se ha convertido de niña a una jovencita hermosa, encantadora. Es una gran estudiante que terminó la primaria y pronto ira a secundaria. Fue finalista en el concurso de canto, y hace días en su escuela de música, tocó el piano de tal forma que te hubiera hecho sentir pleno.
Hoy te hago una revelación: Un día pasábamos por un sitio al que tú la llevabas y me dijo, “mira tío, aquí me traía mi papá”.
Mi respuesta fue la del idiota que soy y no la del genio que me siento pues solo alcancé a decir: Muy bien hijita.
Ambos, Fernando y Regina en medio de la tragedia de perder a su padre, han salido adelante.
Sé que el resto de tu familia está bien y que aunque en ocasiones se derrumban, siempre se levantan. La vida sigue como siguieron tus proyectos. Recién fui a tu restaurante en Monterrey que no llegaste a conocer, pero es tal y como lo soñaste.
Con tus amigos no ha sido distinto. Alejandro y Pato te han llorado y recordado tantas veces que perdí la cuenta. En la Vaca de Saltillo me encontré con Franch y Marco y cuando estábamos hablando sobre ti, todo el lugar se llenó con tu presencia. He platicado con Pibe, Rodrigo, Chuy, Hilario, Jorge y tantos amigos tuyos; todos te extrañan. Yo por mi parte he pasado de llorar, maldecir, negar, aceptar y regresar a donde empecé. Me angustia saber si hubieras esperado más de mí y si te he fallado como amigo. Cualquier posibilidad lacera mi espíritu.
Y es que hoy, justamente hoy, Fernando Garza, el “Yuca” como te conocimos todos, se cumple un año de tu muerte y no sé dónde estás. Tampoco sé si este mensaje está ahí a la deriva, en la oscuridad, pero si acaso en esta inentendible realidad del mundo natural que nos rodea lo recibes, quiero decirte que aquí todo sigue igual y que aunque nada ha cambiado, todo es tan distinto sin ti. Que te extrañamos y haces tanta falta.
@marcosduran