Usted está aquí
Pancreatitis y alcohol una relación cercana y peligrosa
Un creciente número de estudios epidemiológicos indican que el consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, es un factor de riesgo para el desarrollo de varios tipos de cáncer.
Al igual que ocurre con el tabaco, existe sobre el alcohol una creciente información que lo relaciona con problemas de salud. “Por ejemplo, desde principios del siglo XX conocemos la asociación entre el consumo de alcohol y el cáncer. Sabemos que ese consumo es causa de tumores en la cavidad oral, faringe, laringe, esófago, hígado, colonrrecto y mama”, señala la oncóloga Aitana Calvo.
“Aunque el tabaco continúa siendo el principal factor de riesgo asociado al cáncer, se calcula que de las 8.8 millones de defunciones por cáncer en el mundo, aproximadamente 340 mil se deben al alcohol, y entre 3 y 3.5% de los tumores reportados en países desarrollados se deben al consumo de bebidas alcohólicas.
Esa es la razón por la que los oncólogos recomiendan reducir y preferiblemente eliminar el consumo de esas bebidas.
No hay un nivel seguro
Sobre el consumo de bebidas alcohólicas existe la creencia popular de que hay un ‘nivel seguro’, y por eso muchas marcas recomiendan ‘moderar’ el consumo de sus productos.
La mayor parte de los estudios científicos definen como ‘consumo mínimo’ a la ingesta de ‘15 gramos de alcohol’ o ‘no más de una bebida alcohólica al día’, pero los expertos advierten de los riesgos para la salud que supone incluso el nivel mínimo de consumo.
Observación. 15 gramos de alcohol equivalen a un ‘caballito’ o 50 mililitros de bebidas fuertes (como el tequila, el whisky y el ron); a 150 mililitros de vino de mesa; y a una lata de cerveza de 355 mililitros
“Existe una asociación dosis-respuesta clara con respecto al consumo de alcohol; es decir, cuanto más consumo, mayor es del riesgo de cáncer. Y no hay una cifra segura a partir de la cual se pueda garantizar que ese riesgo no existe, mientras que reducir el consumo, o evitarlo por completo, sí reduce el riesgo de cáncer”, explica la doctora Calvo.
“Pero si queremos datos más concretos sobre la relación entre el desarrollo tumoral y el consumo de bebidas alcohólicas, entonces es necesario analizar por separado las investigaciones realizadas en torno a los tipos de cáncer asociados con la bebida. Que es lo que haremos a continuación.
El análisis colonrrectal
El cáncer colonrrectal es el tercer tipo más frecuente y es la cuarta causa de mortalidad por cáncer, con aproximadamente 600 mil muertes anuales.
Un artículo publicado en enero de este año (2018) por la revista Cancer, le hizo una revisión a varios estudios epidemiológicos publicados sobre el consumo de alcohol.
“Hemos visto que a nivel epidemiológico aumenta el riesgo de padecer cáncer colonrrectal conforme se incrementa el consumo de alcohol. […] Y hasta donde llega el análisis de los datos epidemiológicos del cáncer colonrrectal no existe oficialmente un nivel seguro de consumo alcohólico que no sea potencialmente carcinogénico”, comenta el autor del artículo, Marco Rossi, del Centro Médico de Chicago, quien también explica que otros factores (como antecedentes familiares de cáncer colonrrectal, ser varón o tener un ‘índice de masa corporal’ superior a 30) acentúan el efecto del alcohol sobre la incidencia de tumores malignos.
En torno al hígado
“Pero los resultados que observamos sobre el efecto del consumo de alcohol en los cánceres de hígado son diferentes”, dice el doctor Rossi. En una revisión publicada en Clinics and Research in Hepatology and Gastroenterology, se explica que la mayoría de los tumores hepáticos tienen un origen vírico, y que en el resto de casos, el consumo de alcohol es un factor de riesgo relevante).
¿Y qué pasa con el páncreas?
La pancreatitis aguda causada por el alcohol está en aumento a nivel mundial (la pancreatitis es una especie de aviso de que el individuo se está ‘pasando de la raya’ con la bebida).
El alcohol es una sustancia tóxica para el páncreas y un consumo excesivo puede generar una pancreatitis aguda, una inflamación puntual de ese órgano, que si no se cuida o se vuelve recurrente, con el tiempo puede derivar en una pancreatitis crónica.
El 25% de las muertes por pancreatitis en todo el mundo en 2012 fueron causadas por alcohol, de acuerdo al informe de la Organización Mundial de la Salud de 2014 sobre el Estatus Global del Alcohol y la Salud.
No obstante, “no se sabe a ciencia cierta cómo el alcohol produce el daño en los tejidos pancreáticos.
El páncreas es una glándula que cumple una doble función: produce enzimas que colaboran con la digestión y hormonas que ayudan a regular la manera en que el organismo procesa el azúcar (glucosa).
Tres de cada cuatro pacientes con pancreatitis aguda por alcohol son hombres.Y se estima que las grandes borracheras aumentan el riesgo de sufrir esta condición.
“El riesgo de pancreatitis aguda alcohólica se eleva con la cantidad ingerida de alcohol, no con la frecuencia de su consumo. Un 15% de las personas con alcoholismo crónico desarrollan pancreatitis aguda”.
En ocasiones los síntomas de las depancreatitis vinculadas al consumo de alcohol puede ser leves y pasar desapercibidas para el paciente. Pero igualmente pueden hacer daño a largo plazo. El síntoma más común de esta condición es un dolor súbito y fuerte en la parte superior del abdomen, que los pacientes pueden sentir que se extiende hacia la espalda.
La medida de consumo
Aparte de la importancia de estudiar cada tipo de cáncer por separado, la diversidad en los resultados también se debe a la dificultad de analizar múltiples investigaciones realizadas con parámetros diferentes: en algunas el consumo alcohólico se mide por los ‘gramos consumidos’, pero su efecto varía según las bebidas; y cuando el trabajo se centra en las bebidas en sí, estas se suelen registrar dentro de un margen (como por ejemplo, menos de ‘x gramos’ de alcohol) en vez de cantidades concretas de la bebida.
Además, cada bebida es distinta tanto en su contenido alcohólico como en el resto de sus componentes. Esto, por un lado, ha permitido identificar al alcohol como el principal agente carcinogénico de las bebidas alcohólicas ya que es el único elemento común entre todas ellas, pero, por otro lado, dificulta la comparación de los estudios entre sí.
Los tumores de mama
Un caso interesante es el del cáncer de mama y los tipos de vino de mesa. Algunos componentes presentes en el vino tinto podrían tener propiedades preventivas, pero todos los estudios realizados encuentran que epidemiológicamente es el contenido alcohólico, y no el tipo de bebida, el factor clave entre el cáncer de mama y el consumo de bebidas alcohólicas.
Los tumores de mama son los segundos más frecuentes con algo más de 1’600,000 casos registrados a nivel mundial en el 2012.
En una revisión de los estudios sobre el consumo de alcohol y el riesgo de padecer cáncer de mama, publicada por la International Agency for Research on Cancer se vio que una mayoría abrumadora de los trabajos encontraban un aumento de la incidencia del cáncer de mama ante el consumo de bebidas alcohólicas, incluso si el consumo era bajo. Y en ningún caso ese consumo prevenía el desarrollo tumoral.
Tanto en esta como en otra revisión publicada por la Escuela de Medicina de la Universidad de St Louis, en Estados Unidos,se enfatiza que el riesgo de padecer cáncer de mama parece especialmente sensible al alcohol; de hecho, se estima que incluso con un consumo inferior o igual a una bebida alcohólica diaria, el riesgo en mujeres de desarrollar un cáncer de mama se incrementa entre 3 y 15%.
Y ambas revisiones (incluyendo la de St Louis University) sitúan al consumo de bebidas alcohólicas como la causa de un porcentaje más alto de tumores de mama (en torno al 6% en varios países europeos y de 4 al 10% en Estados Unidos).
Pocos lo saben
Viendo los resultados de todos estos estudios, quizás sea el momento de plantear un cambio en el etiquetado de las bebidas alcohólicas en el cual se informe de sus riesgos para la salud, del mismo modo que se hizo con el tabaco (durante gran parte del siglo XX el tabaco no fue considerado como un tóxico, de hecho costó décadas cambiar esa percepción social).
“Datos de la Sociedad Americana de Oncología Médica apuntan a que tan solo 30% de la población sabe que la obesidad y el alcohol son factores de riesgo para la aparición de tumores.
“Pero en general la población sí responde a las recomendaciones, y poco a poco se logran cambiar hábitos de vida nocivos, señala la doctora Calvo.
En la actualidad varias iniciativas de concienciación forman parte de una resolución de la OMS que tiene como propósito reducir el consumo de alcohol a escala global.
Cuatro acotaciones recientes sobre el consumo de alcohol vinculado a la salud:
1. Beber puede ser causa de cáncer.
2. No hay una cifra segura de consumo de alcohol por debajo de la cual se pueda garantizar que beber no es causa de cáncer.
3. Disminuir el consumo de alcohol, o evitarlo por completo, reduce el riesgo de cáncer.
4. No existe un nivel mínimo de consumo de alcohol que asegure la protección contra el cáncer.
(Selector de Vanguardia)