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Todo comenzó...

Todo comenzó cuando, en 1905, Rusia perdió la guerra en contra del Imperio del Sol Naciente. A partir de ese momento el zar Nicolás II y la Duma acordaron convertir al Imperio ruso, en una auténtica potencia militar para que jamás se volviera a repetir una debacle de esa naturaleza. 

¿Resultado? El káiser Guillermo II, primo de Nicolás, vio con muy malos ojos el creciente poderío de la armada rusa, y al no aceptar el pretexto de Nicolás en relación a la derrota a manos de los nipones y temeroso de un ataque ruso en contra de Alemania, ordenó la construcción de submarinos, acorazados, cañones rifles y municiones. ¿Consecuencia? Francia e Inglaterra rechazaron los argumentos teutones y empezaron, a su vez, a prepararse ante la eventualidad de una embestida alemana. Ingleses y franceses se armaron entonces hasta los dientes. Toda Europa se armó. Las armas se adquieren para utilizarse y éstas se utilizaron cuando el archiduque austriaco Francisco Fernando fue asesinado en Sarajevo. La guerra estalló causando 10 millones de muertos y 20 millones de heridos. El luto fue mundial.

Cuando Hitler llegó al poder en febrero de 1933, su encumbramiento como el 15º canciller de la República de Weimar fue publicado en los diarios alemanes junto con el resultado de las carreras de caballos del día anterior. Nadie le concedió la importancia debida hasta que los nazis incendiaron el Reichstag, empezaron a secuestrar a socialistas y comunistas para encerrarlos en campos de concentración y, en 1935, se publicaron las leyes Nüremberg en contra de los judíos. El resto de la historia es bien conocido. Murieron más de 50 millones de personas…

Trump, en la actualidad, ha anunciado a Japón su deseo de obligarlo a pagar el costo de operación de las tropas norteamericanas ubicadas en el Imperio del Sol Naciente. Si bien Japón aceptó, en un principio, su conformidad en pagar más dólares, también ha revelado su preferencia por armarse para defenderse de dos potencias nucleares, China y Corea del Norte, que lo acosan geográficamente. Trump le ha comunicado a la OTAN un notable aumento en sus participaciones económicas o dejaría caer al suelo esa formidable organización creada durante la posguerra para garantizar la paz. Por si fuera poco, Trump apoyó la salida de Inglaterra de la Unión Europea, con lo cual se sumó al desastre de esta genial estructura económica concebida por gigantes diplomáticos. Trump ha amenazado veladamente, tanto a Irán, para que detenga la supuesta construcción de una planta nuclear con fines pacíficos, como a Corea del Norte para que se desarme antes de que la Casa Blanca tome medidas coercitivas… Es decir, no recurre a la diplomacia con los “necios” ni tendría empacho en desmantelar los paraguas construidos en el Pacífico y en el Atlántico del Norte si no recibe los dólares requeridos… Lo mismo haría con la OEA y con la ONU.

¿Esperanzas? El próximo lunes 19 sesionará el Colegio Electoral en Estados Unidos para votar y ratificar a Trump. El magnate troglodita venció en las elecciones del 8 de noviembre al obtener 306 votos contra 232 de Hillary. Sin embargo, para confirmar su triunfo, se requiere de nueva cuenta del voto de los 270 electores reunidos en sus capitales estatales. El movimiento Hamilton Electors trabaja intensamente para convencer a 37 miembros republicanos del Colegio Electoral para que no voten por un Trump descalificado para gobernar y elijan a un “candidato alternativo” como John Kasich, gobernador republicano de Ohio. Si a los 306 votos electorales restamos los 37 republicanos, Trump se quedaría con 269 y la Cámara de Representantes tendría que elegir al próximo jefe de Estado de la Unión Americana. Con 37 votos de los electores republicanos que retiren a Trump su voto de confianza, al entenderlo como la peor amenaza de los tiempos modernos, el mundo podría volver a respirar, sobre todo cuando se ha demostrado la participación del Kremlin en las elecciones estadounidenses, y el nuevo secretario de Estado, muy próximo a Putin, ha sido condecorado por este último. El próximo lunes, EU podría dar una gran muestra al mundo de su fortaleza democrática institucional. Esperemos que con Trump no comience nada…