Las últimas semanas, por no decir meses, se ha discutido la reforma educativa. Siendo ésta una promesa de campaña de Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó que llegando al poder la quitaría. Sin embargo, la propuesta por el actual gobierno no ha sido de todo del agrado del magisterio, lo que ha desatado algunas protestas a nivel nacional.

Esta semana se informó que los niños de preescolar así como los de primero y segundo grado de primaria no podrán reprobar. Al respecto, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, afirmó en un video que publicó en Twitter que “es ridículo reprobar a un niño porque tiene faltas de asistencia en preescolar, deberíamos reprobar a los papás”. Al escucharlo, sólo pude pensar en el proverbio africano: se necesita toda la comunidad para educar a nuestros niños.

En el 2006 el estudio independiente de las Naciones Unidas contra la violencia en la infancia trajo como premisa básica la necesidad inmediata de involucrar a las comunidades completas en el desarrollo de la niñez. En otras palabras, no se puede decir que es trabajo de los padres de familia o de la escuela solamente, es trabajo de todos educar a las niñas y niños en México. A tal grado fue el impacto de este estudio a nivel global que los países nórdicos, en especial Noruega (número uno a nivel mundial en índices de educación y desarrollo) utilizaron esa premisa como centro en su política educativa.

Un ejemplo claro del éxito de la participación comunitaria son las redes de apoyo, en su mayoría de mujeres, donde una de las premisas básicas es: “cuidaré a tu hijo como si fuese el mío”. La idea es que no importa si conoces o no a la niña o el niño, hacer algo por ella o él será tu prioridad. Las mujeres como madres nos sentimos identificadas en su mayoría, y ayudarnos entre nosotras se ha vuelto parte de la vida cotidiana.

En otras palabras, el poder de la participación ciudadana en una comunidad es tan poderoso que puede cambiar realidades y entornos completos. Existen numerosas evaluaciones sobre nuestro sistema educativo, me atrevería a afirmar que esta sobre-diagnosticado, sabemos perfecto que es lo que está mal. Ahora bien, ¿qué estamos haciendo para que sea diferente?

Esta es una invitación permanente a padres de familia, vecinos, profesionistas, universitarios, alcaldes, diputados, senadores, líderes religiosos, miembros de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil; todos a ser #CiudadanosdeTiempoCompleto e involucrarnos en lo que pasa en nuestras escuelas: infraestructura, violencia física y social, nutricional, material didáctico, actividades académicas y/o extracurriculares. Las escuelas son los semilleros de los sueños de nuestras niñas y niños, son el espacio para construir sociedades más justas y equitativas que merecemos como mexicanos.

¿Tú qué estás haciendo por la escuela de tu comunidad?

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