Tipo de cambio, energéticos e inflación

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Tipo de cambio, energéticos e inflación

Estrategia. En tiempos los precios de gasolinas y diesel se ajustan a la alza para hacer atractiva la inversión privada. Foto: Archivo
Para este año y el próximo, las familias mexicanas en su poder adquisitivo y las empresas en su planeación deberán prever ajustes, las primeras en consumo y las segundas en volumen de producción y en comercialización

Desde 1982, en México, el petróleo dejó de ser un recurso natural estratégico, una riqueza cuyo aprovechamiento sería para lograr objetivos ulteriores en beneficio de la población.  Los recursos provenientes del hidrocarburo se utilizaron sólo como un respaldo financiero de la Hacienda Pública, pero no se proyectaron objetivos de mediano y largo plazo en el que los rubros sociales del gasto público estuvieran mínimamente garantizados y se llegara a la autosuficiencia en materia de derivados energéticos.

En treinta años el gasto corriente del Gobierno federal se incrementó en  alrededor de siete veces, sin embargo, respecto la instalación y ampliación de la refinación petrolera se estancó desde hace más de 25 años, lo que generó dependencia externa respecto a gasolinas y diesel y actualmente se importa más del 53 por ciento de las necesidades del País.  

Datos de Pemex indican que de enero a junio de este año las importaciones de gasolinas se incrementaron en 9.3 por ciento y su costo en 15.6 por ciento, en enero se importaron 420.9 mil barriles diarios de gasolinas y en junio 460.5 mbd.

Con la perspectiva de la reforma energética para la inversión privada nacional y extranjera en exploración, extracción, refinamiento (derivados) y comercialización del petróleo, Felipe Calderón como presidente en turno, con su perspectiva neoliberal y atendiendo las exigencias del poder económico, decidió en 2010 suspender el proceso de construcción, instalación y operación de una refinería en Tula, Hidalgo.

Lo anterior supone dependencia respecto a los precios internacionales del petróleo y sus derivados, con subsidio federal cuanto los precios son elevados, pero esto se ha reducido paulatinamente con incrementos periódicos a gasolinas y diesel; sin embargo, en recesión o bajo crecimiento, este gasto es una carga pesada para las finanzas públicas.

En este antecedente se suscribe el aumento de precios de energéticos a partir del 1 de agosto pasado: la gasolina magna en 13.96 pesos, 56 centavos más (4.17 por ciento); la Premium en 14.81 pesos, 44 centavos más (3 por ciento); y el diesel en 13.98 pesos, 21 centavos más (1.5 por ciento).

La economía mundial y de Estados Unidos tendrá un magro crecimiento de alrededor de dos por ciento, esto implica que sucederá lo mismo con la dinámica económica mexicana y por tanto es previsible que la recaudación pueda disminuirse, por eso los incrementos. Positivamente hasta el primer semestre del año el nivel general de precios se había mantenido aceptable, porque los precios internacionales de materias primas son reducidos –por la desaceleración mundial- y estas importaciones no habían impactado la inflación. Sin embargo la depreciación (actualmente alrededor de 19 pesos por dólar) ya afectó dicho nivel inflacionario por costos de producción y distribución, pero se incrementará aún más precisamente por el incremento del precio de gasolinas y diesel, con un impacto mínimo promedio de 1.5 por ciento.

Para este año y el próximo, las familias mexicanas en su poder adquisitivo y las empresas en su planeación deberán prever ajustes, las primeras en consumo y las segundas en volumen de producción y en comercialización.

Sin embargo, en estos tiempos privatizadores de “reformas de gran calado”, también es probable que los precios de gasolinas y diesel se ajustan a la alza para hacer atractiva la inversión privada en la comercialización de gasolinas y diesel, es decir que cuando inicie la supuesta competencia en servicio y precios, estos se encuentren en su nivel más alto y de ahí fluctúen según los precios internacionales.

En el contexto de la expansión del capital, o globalización, lo que la economía mexicana experimenta actualmente es efecto del modelo neoliberal aplicado hace más de treinta años, en el que no media nacionalismo económico que garantice los intereses del país. He ahí el estancamiento crónico por más de 25 años en refinación de petróleo. Error histórico.