Tigres, a romper los complejos eternos del futbol mexicano

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Tigres, a romper los complejos eternos del futbol mexicano

Dos conceptos básicos que han distorsionado desde que Tigres ganó a Palmeiras. Ni el Bayern Munich es el equipo invencible e inalcanzable que la mayoría pinta, de cara a la final del Mundial de Clubes, ni la victoria de México sobre Alemania en el Mundial Rusia 2018 debe tomarse como el principal referente para pensar en la posibilidad de victoria de los felinos sobre el conjunto bávaro.

Las diferencias son abismales, Tigres está tasado en casi 74 millones de dólares en costo de su plantel, mientras que al Bayern Munich lo valoran en mil 92 mdd, según los datos más recientes de Transfermarkt. De hecho, hay seis futbolistas con mayor valor en el mercado que todo el plantel de Tigres: David Alaba, 78 mdd; el canadiense Alphonso Davies, 96 millones; Joshua Kimmich, 102 mdd; Leroy Sané, 84 millones; Serge Gnabry, con 109 millones; y Robert Lewandowski, quien ronda los 72 mdd.

También hay grandes diferencias en las formas de trabajar y de desarrollar el futbol. Eso es una obviedad, pero es justo a partir de lo que parece obvio que se desprenden los puntos a los que Tigres pudiera sacar provecho para este partido. Y, si hablamos de obviedades, podemos recordar los conceptos que alguna vez Jupp Heynckes, extécnico del Bayern, entregó en una entrevista con Sport Bild de cara a enfrentar la Champions League de 2018 —antes la había ganado en 2013—, cosas que pudieran parecer tan comunes y corrientes, pero que a veces se olvidan en la cancha, al estar más preocupados por debates estériles y sin sentido.

Heynckes enlistó cinco cosas clave que le ayudaron a ganar la Champions en 2013 y que buscó repetir en 2018, aunque en dicha edición cayó en una apretada semifinal ante el Real Madrid. Y estos conceptos pueden aplicar en Tigres hoy en día; de hecho, ya los puso en práctica, en la semi de este Mundial de Clubes ante el Palmeiras. En aquel momento, el técnico bávaro citó como puntos fuertes para estar más cercano al triunfo: 1. Salud y condición física. 2. Dar el máximo. 3. Motivación extra. 4. Solidaridad. 5. Positivismo. Todos estos conceptos se resumen en “la unión de grupo”. Y eso es lo que mostró Tigres ante los brasileños. Contra Bayern, lo mismo o saldrán goleados, así cobra factura este deporte con tan grandes diferencias.

En la semifinal del pasado domingo, los regiomontanos se vieron mejor físicamente que su rival (1), dieron más allá de lo que regularmente les vemos (2). Es decir, mostraron “más de lo normal”. Mostraron mayor motivación y pasión (3); ver a Gignac barriendo en la media cancha es una prueba de ello. Se complementaron y se cubrieron la espalda con gran orden táctico (4) y mostraron unidad de pensamiento, todos conectados para el mismo fin (5). Insisto, parecieran cosas muy obvias o que todos los equipos debieran implementar partido a partido, pero la realidad es que no siempre lo hacen. Después está, claro, el toque de calidad futbolística y hasta la fortuna, pero la unidad de grupo, está comprobado, ayuda a dar pasos gigantes en retos complicados.

Que Tigres no es favorito para ganarle al Bayern Munich en la final del Mundial de Clubes... Es cierto, pero entonces para qué demonios se jugarían muchos otros partidos en Copas del Mundo, Champions League y todas las Ligas del planeta. No es echar porras a lo imbécil, ni caer derrotados aún sin entrar al campo, se trata de encontrar el equilibrio y volver a romper los complejos de toda la vida.