MONTERREY.- A punto de cumplir 50 años de vida, en el Estadio Universitario acontece un fenómeno que más bien se parece al de aquellos caserones antiguos donde las almas de quienes en otros tiempos le dieron brillo, deambulan reclamando el espacio que alguna fue suyo.

Los mortales tampoco los dejan descansar en paz, evocando su recuerdo una y otra vez, sin permitir que alguien más ocupe su lugar.

“Si aún nos recuerdan igual es porque aún no ha llegado alguien que logre ocupar nuestro lugar”, dijo hace años Osvaldo Batocletti.

Hasta las fatigadas gradas del Universitario el viento arrastra algo más que el cochambre que emite una empresa cercana y que lo oxida todo.

Se trata de los vientos enrarecidos de una nostalgia que busca encontrar en todos los técnicos a un nuevo Carlos Miloc; en los defensas al otro Batocletti, a los creativos al nuevo Tomás Boy.

¿Y los extranjeros? Ellos deben someterse al escrutinio público para saber si están a la altura de la magia y la técnica del peruano Jerónimo Barbadillo. Hasta las voces del sonido local suelen ser comparadas con el inolvidable “Guerrito”.

Pero la gestión que ha encabezado Ricardo Ferretti no tiene paralelo en la historia del Club, sobre todo lo hecho a lo largo de esta tercera etapa al mando del equipo: Ha convertido al Club en un ganador permanente.

Los aficionados y periodistas se quedaron atrapados en aquel aire mágico del Tigres dos veces campeón de Liga (entre 1978 y 1982).

Afectados también por los mil y un fracasos posteriores, esos espectadores o cronistas de la historia esperaron por décadas (como la Penélope de Serrat) el regreso de los años de gloria, del viejo amor, queriendo reconocerlo en el mismo rostro con el que se marchó.

Cualquier rasgo distinto fue visto con desconfianza. Los Tigres disputarán la cuarta Final de Liga en esta tercera etapa de “Tuca”, la quinta desde que asumió por primera en el banquillo de los felinos en el año 2000.

Los números de Ferretti son contundentes a partir de su regreso en el 2010. Dos títulos de Liga hasta ahora, un campeonato de la Copa MX y  una Final de la Copa Libertadores.

También tres superlideratos y un grupo de jugadores que están en posición de hablarse de tú con las figuras de otras épocas.

Y no sólo eso, Ferretti llegará con el partido de Vuelta de la Final a mil partidos de Liga dirigidos, lo que lo consolida como uno de los grandes técnicos en toda la historia del Futbol Mexicano.

Hoy las dudas de los críticos pasan más que por resultados, por cuestiones ideológicas y de estilo de juego.

Las balas apuntan al estilo de Ferretti por considerar que es demasiado conservador en su propuesta de juego respecto al inmenso talento con el que cuenta, y porque en las Finales sufre de vértigo. Los números, sin embargo, están de su lado.

Mario Sánchez, periodista argentino, analiza así el estilo de los Tigres de “Tuca”:

“En circunstancias adversas Ferretti no tiene variantes para modificar un desarrollo, pero es un muy raro que una ventaja se le vaya a Tigres”, explica.

“Es un Tigres disciplinado que tiene, como ningún otro equipo del Futbol Mexicano, una dualidad bastante interesante: te puede matar con las individualidades, pero reposa en su aparato colectivo para mantener la ventaja, su juego colectivo es envolvente. Colectivamente no sale de un molde prefijado y lo ves cuando no tiene variables, es bastante complejo, si bien es predecible”, dice.

Si vencen al América en la Final será tiempo de rendirse a la gestión de Ferretti. Quizá estemos ante nosotros el mejor Tigres de todos los tiempos.