¿Tigres en la final del Mundial de Clubes?

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¿Tigres en la final del Mundial de Clubes?

Hay optimismo justificado después de conocido el calendario y los enfrentamientos del próximo Mundial de Clubes, para los aficionados de los Tigres.

Pero, eso sí, han comenzado a crearse una realidad alterna y a pensar cómo será el partido de las semifinales ante el campeón de la Copa Libertadores, que se conocerá el 30 de este mes en la final entre los equipos brasileños Santos y Palmeiras, antes de poner realmente en perspectiva lo que ha significado esta competencia para los clubes de nuestro país.

Desde siempre, incluso en aquella primera edición a principios del siglo en la que el Necaxa quedó como tercer lugar, este ha sido un torneo sui géneris para el futbol mexicano, porque ha tenido más vergüenzas que otra cosa dentro de las participaciones de los diferentes equipos que han sido parte de la historia.

Y que no vengan con el cuento absurdo de que a los mexicanos les suelen poner la llave más complicada, porque en todo tipo de llaves, los clubes de este país suman más derrotas humillantes que grandes triunfos. Después de lo hecho por los Rayos, solamente otros tres equipos han logrado quedar en la tercera posición luego de perder su semifinal y obtener el triunfo en el partido de “consolación”: el Monterrey en dos ocasiones (2012 y 2019) y el Pachuca, en 2017.

Ahora, en lo que se refiere a los emparejamientos contra equipos asiáticos, los mexicanos suman cuatro triunfos, por tres derrotas, incluido uno del Monterrey (3-1) en 2012, sobre el Ulsan Hyundai, que será el rival de los Tigres en esta edición. En lo que se refiere a conjuntos africanos, los números están en dos ganados y tres perdidos; ya contra cuadros de Oceanía, se tienen dos victorias.

De las 14 participaciones de equipos mexicanos en el Mundial de Clubes bajo este sistema de competencia, los conjuntos nacionales no han pasado los cuartos de final seis veces, y los que lo han hecho, han perdido ante escuadras sudamericanas en dos ocasiones: Pachuca (con la Liga de Quito en 2008 y frente a Gremio en 2017).

De hecho, en los cruces, de esas 14 ediciones, en cinco los cuadros de nuestro país estaban puestos con el representante de la Conmebol, aunque tres no llegaron.

En fin, por supuesto que los Tigres, que además tienen una plantilla tres veces más cara que su rival de cuartos en Qatar, están obligados a estar por lo menos en las semifinales.

Pero de ahí a regresar a la soberbia de ver por encima del hombro a su primer contrincante, resulta patético y solamente hace que la gente se crea que pueden ganar el Mundial de Clubes sin problemas y pensar en cómo hacerle partido al Bayern Munich, antes de cualquier otra cosa.

Pero así es Monterrey y así son los jilgueros de estos clubes, quienes después no saben ni en dónde meter la cabeza.

Ahora bien, es sin duda la gran oportunidad del futbol mexicano de llegar a la final por primera vez en la historia. Si hay seriedad, ambición y si Ricardo Ferretti se quita el miedo a perder, si André-Pierre Gignac está sano de la espalda, Tigres tiene el camino libre a la final.

Es más que los coreanos, es más que los brasileños, pero eso hay que demostrarlo, no solamente afirmarlo.