Tigres, de panzazo y sin Valencia
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Tigres, de panzazo y sin Valencia
En Tigres nunca sorprenden las formas. Sus avances escaleras arriba en una Liguilla no siempre están atados al humor de su contundencia y por lo mismo no reniega del sufrimiento.
Pero Tigres es así. No le molesta jugar al límite del precipicio ni le ruboriza perder brillo en favor de algún resultado en estado de exigencia.
Es cierto, muchas veces se licúan sus méritos entre tantos grises y no hace partidos para el recuerdo. Más bien no es de anunciar lo que quiere, pero suele conseguirlo. Hoy, de ese modo, llegó a otra Semifinal.
Si fue superior o no al León a lo largo de 180 minutos, puede ser discutible y según desde donde se le mire.
Lo que sí es un hecho es que al final del día, Tigres superó al León por los ahorros de puntos que cosechó en el torneo regular. Por ese atajo reglamentario que casi siempre le favorece en estas instancias.
Hándicap que nadie se lo regala y que quizás sea el mejor equipo que lo utiliza. Ferretti, resultadista por convicción, juega mucho con ese criterio.
De todos modos, igual le han servido los goles de Vargas y Gignac para sostenerse en la serie, pero futbolísticamente no ha dado la sensación de ser tan dominante. Quizás tampoco necesite serlo. Tiene individualidades que suelen desconectarse de su pastoso andar para marcar la diferencia y esto es una gran ventaja.
Porque puede que sea menos elocuente su juego comparado con otras versiones de Tigres, pero lo que no pierde este equipo es el oportunismo y el manejo del resultado. Sabe que en algún momento, su jerarquía torcerá la historia a su favor.
Ahora bien, ¿Tigres debe ofrecer algo mejor para justificar con más argumentos sus aspiraciones al título? Teóricamente sí. Si bien no ha tenido un gran torneo desde lo colectivo, se espera que por volumen de plantel resuelva más en una Liguilla.
Pero también pasa por las decisiones de Ferretti. Darle apenas 8 minutos a su goleador Enner Valencia en los duelos frente al León cuando el mayor déficit del equipo ha sido la falta de puntería, suena a una incongruencia.
No se sabe cuáles serían los motivos de Ferretti para sentar al ecuatoriano, pero si ha sido por una cuestión táctica -insistir con un irresoluto Damm fue una esterilidad-, no ha tenido mucho sentido.
Ni Gignac en su peor momento perdió la confianza de Ferretti. También sostuvo mucho a Vargas en horas bajas, pero Valencia no supone ser prioridad para el DT frente al escalafón ganado por los otros dos.
Tigres puede crecer más en esta Liguilla, pero no debería jugar con fuego. Si para asegurar la Semifinal necesita goles, Ferretti tendría que revisar quién hoy es el que mejor se los podría dar.