Tierra de oportunidades
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Tierra de oportunidades
Cuando el empresario baja californiano Humberto Jaramillo, quien apenas el viernes 24 de este mes concluyó su gestión como presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Tijuana, declara que esta ciudad es tierra de oportunidades, es que lo sabe por experiencia propia porque se avecindó en ella desde 1962 proveniente de Guadalajara, Jalisco.
Mi amigo, que es un respetable ser humano y hombre de negocios, recuerda entrañablemente que su padre llegó a Tijuana con toda su familia (nueve hijos) trayendo consigo sólo el equivalente a 60 dólares de aquel tiempo en el que esta ciudad fronteriza contaba con 60 mil habitantes y recibía por semana 100 mil turistas estadounidenses.
La visión de don Humberto es holística y ahora comprende más que nunca que la problemática medio ambiental de la región en la que habita es de carácter binacional.
Resulta una situación recurrente que los desechos del área metropolitana que incluyen a Tecate y Rosarito contaminan las playas de California en la Unión Americana.
Sin descontar que el Estado de California representa la séptima economía mundial, la buena vecindad ha prevalecido entre los tijuanenses y los habitantes de San Diego. Aunque hay una frontera geográfica que se manchará con un muro más alto entre ambos países, se comparten problemas comunes, entre ellos, la mala calidad del aire.
Ahora don Humberto Jaramillo pondrá el acento desde el sector privado en el tema medioambiental, lo que me alegra porque haré equipo con él. Potenciará su vasta experiencia en asuntos camarales empresariales porque además fue presidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Tijuana es una ciudad muy particular porque es notoria su actividad económica y sus establecimientos comerciales y de servicios. Cada vez que la visito encuentro nuevos emprendimientos. ¡Qué decir de su variada y memorable gastronomía!
Tijuana siempre crece aunque debo compartir que están descuidadas sus comunidades periféricas, que sufren de una mala pavimentación, tienen un raquítico sistema de alumbrado público y conflictos sociales por inseguridad.
La población tijuanense es multicultural y en eso reside la riqueza de la ciudad que se presenta generosa para los visitantes, pero también para los nuevos residentes. Esta ciudad cuenta con 26 consulados, lo que significa que allí hay una gran cantidad de ciudadanos de origen extranjero.
Recientemente, con una frontera estadounidense más endurecida, miles de haitianos se han quedado a vivir en Tijuana: ya hasta se habla de la existencia de la pequeña Haití. Y los haitianos están demostrando una buena actitud ante el trabajo integrándose a la compleja, pero única sociedad tijuanense.
El mismo don Humberto Jaramillo me comentó que en Tijuana hay trabajo para los que demuestran aptitudes y entusiasmo, no importa de dónde procedan, como es el caso de “El Guanajuato” y su colaborador. “El Guanajuato” se hace llamar así porque nació en el estado mexicano del mismo nombre, es una persona diminuta que mide sólo un metro 45 centímetros de estatura; es el jardinero de la colonia Maestros Universitarios.
Este hombre que se desempeña con profesionalismo contrató a un ayudante que salta a la vista por su estatura de casi dos metros y porque es un hombre de color. Su colaborador es haitiano y es muy bien visto por la comunidad porque es amable y muy trabajador; por cierto, come tres veces al día y tiene ingresos suficientes para tener su propio aparato de telefonía celular. Sin duda, Tijuana es tierra de oportunidades y es la sede elegida en México por Naciones Unidas, Medio Ambiente, para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente.