Theresa May: ¿una nueva Merkel o Thatcher?

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Theresa May: ¿una nueva Merkel o Thatcher?

La inmigración fue un tema crucial en la campaña sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea ("Brexit"), en la que May defendió la permanencia.

Cuando la hasta ahora ministra del Interior británica Theresa May arranque esta tarde su mandato al frente del Gobierno del país se convertirá en la primera jefa de gobierno de Reino Unido desde que la mítica Margaret Thatcher dejara el cargo en 1990.

Es inevitable que cualquier mujer en la primera línea en la política británica sea comparada con la fallecida primera ministra, pero también se han apuntado otras similitudes biográficas de May con la canciller alemana, Angela Merkel.

Con su reputación de estricta defensora de la ley y el orden y amante de los zapatos, May, de 59 años, tiene muchos amigos en su Partido Conservador. Su trayectoria era ya prometededora desde hace años: en 2010, el diario "The Telegraph" la consideró una "estrella ascendente", y tres años más tarde el periódico "The Independent" se refirió a ella como una "Dama de Hierro en lista de espera".

Una comparación que no parece extraña en el caso de esta mujer canosa, fuerte y decidida e hija de un pastor anglicano. Habitual de las portadas por sus atrevidos zapatos, sus colegas la describen como disciplinada, capaz y amigable. Estudió en Oxford (como Thatcher y Cameron), trabajó para el Banco de Inglaterra, ingresó a la política antes de cumplir 30.

Comenzó como voluntaria de la asociación local del Partido Conservador y entró en el Parlamento en representación del distrito de Maidenhead, en el sur de Inglaterra, en 1997, donde seguía viviendo hasta ahora.

Primero se unió al gabinete en la sombra de los conservadores en 1999 y se convirtió en ministra del Interior en 2010 en el Gobierno de coalición de Cameron, cargo que continuó en el segundo gobierno del primer ministro, lidiando con asuntos como inmigración, lucha contra el terrorismo, vigilancia y abuso de menores.

Se mostró partidaria de reducir la migración y controlar las fronteras, pero fue criticada por no haber cumplido la promesa de su Gobierno de reducir la migración anual por debajo de las 100,000 personas.

La inmigración fue un tema crucial en la campaña sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea ("Brexit"), en la que May defendió la permanencia. La mayoría de los conservadores creen que esa la convierte precisamente en la persona idónea para la difícil tarea de guiar al Reino Unido a través de las turbulencias políticas y económicas creadas por el "Brexit" y para sanar las divisiones creadas en el seno de su partido por el mismo.

Por ahora, May ha propuesto esperar hasta fines de este año para invocar al artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece las reglas para que un país se separe de la UE, más allá del pedido de muchos políticos británicos y europeos de moverse más rápido.

Tiene la integridad, la fortaleza y el liderazgo que nuestro país necesita"...
George Osborne, ministro de Economía británico

May no ha rechazado ni aceptado las comparaciones con Merkel, aunque ha manifestado su respeto por la canciller. "Lo que importa es lo que ha hecho realmente (...) y si ves sus capacidades en términos de negociación y guiar a Alemania en un difícil momento, te quitas el sombrero".

El veterano legislador conservador Ken Clarke la llamó una mujer "terriblemente difícil" en declaraciones que no sabía estaban siendo grabadas durante una entrevista con el canal Sky News la semana pasada, aunque luego se moderó y dijo que era una buena candidata.

"Tiene la integridad, la fortaleza y el liderazgo que nuestro país necesita", dijo de ella hace unos días el ministro de Economía británico, George Osborne.

May está casada desde 1980 y no tiene hijos. Su no maternidad se convirtió también en un tema de campaña interna, cuando su principal contrincante en el partido, la ministra de Energía Andrea Leadsom, que se retiró de la carrear el lunes, dijo en una entrevista con el diario "The Times" que, como madre, ella sería mejor como primera ministra. Sus declaraciones fueron rechazadas incluso entre sus propias filas.

En 2013, May anunció que padecía de diabetes del tipo 1.

El diario "The Independent" dice de ella que, a diferencia de muchos políticos, es "una persona muy reservada". "The Guardian" llegó a calificarla de "inescrutable" y de una "política de ideas sobrias a la que además le gustan los zapatos".

May pareció confirmar estas apreciaciones cuando anunció su candidatura a presidir el partido el 30 de junio y afirmó que no era "una política ostentosa".

"No voy de gira por los estudios de televisión. No cotilleo sobre las personas en el almuerzo", dijo May a periodistas. "No me voy de copas a los bares del Parlamento".

"Simplemente me dedico a hacer el trabajo que tengo por delante”.