Antes de una votación parlamentaria sobre la actualización del programa de disuasión nuclear, la nueva primera Ministra de Reino Unido, Theresa May, afirmó que autorizaría un ataque nuclear que causaría una exterminación masiva.

Con determinación, May sostuvo que apretaría el botón nuclear en caso de ser necesario, esto, en un debate sobre si el Reino Unido debe gastar 40 mil millones de libras en el reemplazo de cuatro submarinos que constituyen el programa de disuasión nuclear Trident.

Este discurso fue interrumpido por el miembro del Partido Nacional Escocés, George Kerevan, quien le preguntó si estaba “preparada personalmente para autorizar un ataque nuclear que es capaz de matar a 100 mil hombres, mujeres y niños inocentes”.

A lo que May respondió, “sí. Quisiera decir al estimado señor que el sentido de disuasión yace en que nuestros enemigos deben saber que estaremos preparados para usarla, a diferencia de las sugerencias de que podríamos tener la disuasión sin querer usarla”.

Luego de cinco horas de discusión, la Cámara de los Comunes aprobó renovar el programa Trident con una mayoría de 355 votos, que incluyeron casi el total del Partido Conservador y más de la mitad del Partido Laborista.

Theresa May también descartó la opción de recortar o abandonar el programa Trident como “incumplimiento del deber” y prometió mantener el gasto militar de su país conforme al objetivo del 2 por ciento, el mínimo determinado por la OTAN.