Thelma Aldana : La fiscal sin miedo

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Thelma Aldana : La fiscal sin miedo

En 2014, el entonces Presidente Otto Pérez Molina nombró a Thelma Aldana Hernández como Fiscal General de Guatemala y Jefa del Ministerio Público. El Mandatario, sin embargo, era líder de una red corrupta incrustada en el Estado guatemalteco. La abogada lo descubrió y un año después del nombramiento lo mandó a tribunales

Cuando trabajaba como conserje del Juzgado de Familia de Quetzaltenango, departamento de Guatemala, barría y sacudía los escritorios.

Pero fue otra tarea la que particularmente influyó en su carrera. Thelma tenía que coser con cáñamo y aguja los expedientes de los procesos judiciales y, aunque no era su obligación, los leía detenidamente.

Lo hacía más bien por el “hambre de saber” propia de sus 19 años y de su condición de estudiante de Leyes; una autoinstrucción que le ayudaría en su carrera.

Ahora, a sus 60 años, Thelma Aldana Hernández es la Fiscal General de la República y Jefa del Ministerio Público de Guatemala. Su nombre trascendió las fronteras porque investigó y llevó a la cárcel a un Presidente y a una Vicepresidenta en funciones, acusados de corrupción; una empresa difícil de concebir en países latinos en los que la figura presidencial es todopoderosa.

“(Como conserje del Tribunal) aprendí que no importa el puesto que uno tenga, puede ser el más bajo de una organización, pero si uno aprovecha esos espacios va teniendo mejores oportunidades, porque si yo no hubiera leído los procesos, sólo los coso y los dejo, creo que no habría tenido la oportunidad de ir ascendiendo en ese mismo tribunal”, comparte mientras descansa. Recién concluyó el Foro Empresarial Anticorrupción convocado por Coparmex, en el que ella fue la expositora estelar.

En 2014, el entonces Mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina, la nombró Fiscal General de Guatemala entre un total de seis opciones.

Apenas iniciaba su periodo, cuando la intercepción de una llamada telefónica cambiaría el destino de Thelma y de su país.

Y ya, al año siguiente de su nombramiento, solicitó al Congreso retirarle la inmunidad al Presidente Pérez Molina, aquel que la nombró Fiscal, para llevarlo a los tribunales. Thelma, su equipo y el Comité Internacional Contra la Impunidad en Guatemala descubrieron que el mismo Mandatario era el líder de una red criminal defraudadora del fisco y que cobraba “mordidas” a importadores de manera sistemática. Fue denominada La Línea.

Pero también, en el curso de las investigaciones, descubrieron que desde antes de ser Presidente, Pérez Molina ya encabezaba una estructura de lavado de dinero en complicidad con estructuras criminales.

“Fue terrible”, expresa, “no puedo negar una mezcla de sentimientos, de tristeza, de decepción, de frustración, de temor, pero yo sabía que no tenía elección, o apoyaba al Presidente o me resguardaba en la Constitución política y en las leyes.

“Opté por la Constitución política, por el amor a mi país, y porque yo juré ante la Constitución política hacer mi trabajo. Entonces, la verdad que no lo dudé. A pesar del sentimiento, la pena que me dio saber que él era el número 1 de La Línea, no dudé nunca”.

La hebra que llevó a la caída de un Presidente corrupto

Apenas se supo que Thelma Aldana Hernández fue seleccionada por el Presidente Pérez Molina, la crítica comenzó a cuestionarla como la “candidata oficial” para la Fiscalía General de Guatemala y Jefa del Ministerio Público.

Incluso, su postulación fue impugnada.

La abogada asumió el cargo el 17 de mayo de 2014 y pronto llegó la oportunidad para desmarcarse de cualquier línea oficial.

La Unidad de Métodos Especiales del MP con apoyo de la Comisión Internacional contra la Corrupción de Guatemala interceptó una llamada telefónica de un empleado de Administración Tributaria, de nivel operativo, que obstaculizó la importación de un producto y ofreció un arreglo al interesado.

“Le podemos arreglar este asunto pero sólo tiene que llamar a este número telefónico”, describe la oferta Aldana Hernández.

La línea era el número al que los importadores llamaban para pagar el soborno, de ahí el nombre del caso.

Esa primera intercepción llevó a casi un total de 90 mil escuchas que ayudaron a configurar la red de corrupción incrustada en el sistema tributario. Una a una descubieron nombres, montos, lugares, datos...

Tras ocho meses de investigación, se estableció que la estructura era conformada por empleados del gobierno y miembros de una estructura criminal.

Juntos, el MP de Guatemala y el CICIG, descubrieron una red de corrupción que, entonces pensaban, era encabezada por Juan Carlos Monzón Rojas, entonces secretario privado de la Vicepresidenta, Roxana Baldetti.

Esta estructura criminal tenía la capacidad para instalar o remover a superintendentes de administración tributaria, cobrar comisiones de hasta el 30 por ciento del valor del impuesto a importadores y defraudar al fisco, al menos, con el equivalente de 6 millones de pesos mexicanos... a la semana.

La investigación los llevó a revelar una verdad aún más perturbadora.

“A través de las escuchas telefónicas pudimos determinar que esta estructura criminal hacía relación al número 1, al número 2, al mero mero, al dueño de la finca”, cuenta Thelma Aldana.

“La investigación nos llevó a esa triste realidad para Guatemala, encontrar que el Presidente de la República era el jefe de esa estructura criminal, que la Vicepresidenta de la República era también jefa de la estructura criminal”.

En un año y cuatro meses, incluyendo 20 semanas de protestas de los guatemaltecos, evolucionó el primer caso de un Presidente investigado por corrupción.

Otto Pérez Molina renunció el 3 de septiembre de 2015 y se puso a disposición del juez. El Congreso de Guatemala nombró a Alejandro Maldonado como Presidente de transición para convocar a nuevas elecciones.

Actualmente, tanto Pérez Molina como la ex Vicepresidenta, Roxana Baldetti, y 26 personas más están bajo prisión preventiva. En total son 49 sospechosos los que se investigan por el caso de La Línea.

Thelma por dentro

La Fiscal General de Guatemala y Jefa del MP la ha emprendido contra la corrupción de manera enérgica.

Incluso, Thelma Aldana denunció que hay un plan para asesinarla, por lo que la comunidad centroamericana le ha dado su respaldo.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó al Estado guatemalteco aplicar medidas cautelares para preservar la integridad de la Fiscal.

Con todo, el sueño no se le ha espantado, aun cuando dice que trabaja de 12 a 14 horas diarias.

“De hecho, tengo que dejar despertador para poder levantarme. Ni un solo día he dejado de dormir ni siquiera cuando nos dimos cuenta del plan para asesinarme”.

 ¿Cómo se dieron cuenta del plan para atentar contra usted?

Esto resulta a través de métodos especiales de investigación que nos damos cuenta, como Ministerio Público, que hay un plan para atentar en mi contra, y ese plan se mantiene. Que quizá estarán buscando algún descuido mío, algún momento para llevar a cabo esa planificación… al final he pensado que, si llega a suceder, pues hasta ahí llegué.

 Usted mencionaba que el perfil de un Fiscal debe cumplir con tener voluntad y no tener miedo, pero, además, ¿cuáles son las motivaciones de Thelma para ser esa fiscal congruente?

Yo creo que mucho amor al país. Es que si uno no ama a su país no puede hacer un buen trabajo porque quizá empieza a ver intereses personales antes que ver el interés superior de la nación. Y entonces tener amor al país, mucho respeto a la ley, temor a Dios, creo que son algunos mecanismos que uno debe usar y la tranquilidad de saber que está haciendo lo que debe.

El Gobierno le da la espalda y consigue el respaldo internacional

Como era de esperarse, el Gobierno de Pérez Molina intentó frenar las investigaciones en su contra, por lo que la Fiscal tuvo que buscar aliados.

 ¿La cooperación internacional ha sido muy importante en Guatemala?

Para mí ha sido fundamental, para Ministerio Público, porque particularmente cuando empezamos con el caso de La Línea, el Ministro de Finanzas Públicas empezó a negarse a darme el presupuesto.

Entonces, cada mes me daba sólo para pagar salarios, y yo tenía que estarlo llamando y rogando que me dieran el dinero para pagar y quién estaba en ese momento cuando el Gobierno le dio la espalda al Ministerio Público; quién estaba ahí, la comunidad internacional: dándonos equipo, dándonos capacitaciones, dándonos apoyo político.

Yo sí tengo que reconocer que la comunidad internacional jugó y ha jugado un papel fundamental para el Ministerio Público.

Entre los principales países que apoyaron a Aldana Hernández, según menciona, están Canadá, Estados Unidos, España, Taiwán y Suecia.

Despertó la sociedad civil

Cuando el Ministerio Público de Guatemala solicitó al Congreso el retiro de la inmunidad del entonces Presidente Pérez Molina, la sociedad guatemalteca se volcó a las calles para apoyar la petición.

Durante 20 semanas, a partir del 16 de abril de 2015, la gente presionó al Congreso.

 ¿Qué papel juega la sociedad civil ante servidores públicos como usted que quieren hacer las cosas bien?

Un apoyo total, indudablemente. Yo sé que de repente no tengo apoyo de algunas instituciones del Estado, o más bien que las estructuras criminales están en mi contra y que son poderosas, pero sé también que tengo el respaldo y el apoyo de la población guatemalteca.

¿Cómo es que un Estado llega a ser cooptado?

Eso es algo que no le puedo responder, no sé. De acuerdo a nuestras investigaciones se criminalizó el Partido Patriota antes de llegar al poder y bajo esa estructura criminal tuvo una agenda paralela que no fue precisamente de servir al pueblo sino de servirse del dinero pueblo.

 Pero como sociedad, ¿cómo permitimos que un Estado se corrompa? ¿Qué es lo que dejamos de hacer para que se corrompa?

Fuimos pasivos, fuimos tolerantes, fuimos indiferentes y nos acomodamos. Guatemala despertó de esa pesadilla y empezó a involucrarse.

La CICIG, única en América Latina

La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala nació por solicitud de Guatemala a las Naciones Unidas.

De acuerdo con su definición, es un órgano independiente de carácter internacional, que tiene por objetivo apoyar al Ministerio Público y a otras instituciones del Estado guatemalteco tanto en la investigación de los delitos, como en acciones que tiendan al desmantelamiento de estos grupos.

El equipo de la CICIG colaboró en la investigación del caso La Línea con el Ministerio Público y en el trabajo posterior de la Fiscalía para armar la acusación contra Pérez Molina, la ex Vicepresidenta y el resto de los servidores públicos involucrados en el caso de corrupción.

 ¿Cuál es el diseño institucional en Guatemala que permitió llevar a un Presidente a la cárcel?

En principio estaba la Comisión Internacional contra la Impunidad. La CICIG nos ayudó al Ministerio Público a tener una unidad de métodos especiales, esta unidad que nos fortaleció mucho fue la encargada de recibir las escuchas públicas.

Pero también, la CICIG nos ayudó a tener una dirección de análisis criminal, quiere decir, las escuchas telefónicas se las pasamos a especialistas en análisis criminal y ellos nos van ayudando a construir el caso.

 ¿La CICIG empezó el tema de las escuchas?

Lo iniciamos nosotros como Ministerio Público, pero con la asesoría de ellos, porque esa es la idea de la comisión, de tener una… en Guatemala que vaya fortaleciendo, particularmente, al Ministerio Público.

 ¿La CICIG tiene desde 2007 en Guatemala, verdad? ¿Cómo llegó?

Es el Gobierno del año de 2006 el que, sin duda, sintió de cerca cómo estaban las estructuras criminales incrustadas en el Estado, y fue el Gobierno el mismo el que fue a las Naciones Unidas y pidió la Comisión. Era (presidente) el señor (Óscar) Berger, sin duda él se dio cuenta de que no podía y llegó a Naciones Unidas a pedir este mecanismo.

 ¿Por qué será que nada más Guatemala tiene CICIG habiendo tantos estados con el problema de la corrupción?

Porque creo que Guatemala ha tenido el valor de reconocer que la corrupción le estaba ganando la partida.