‘Textear’ y conducir: una combinación mortal

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‘Textear’ y conducir: una combinación mortal

Conducir un automóvil es una actividad que demanda el 100 por ciento de nuestra atención y eso quiere decir que no podemos considerar la posibilidad de distraer una porción de esta para ninguna otra actividad, particularmente si ésta última exige retirar la vista del camino.

Y se trata de una actividad demandante porque, aún cuando en el interior del habitáculo quien conduce se perciba a sí mismo inmóvil, la realidad es que se está desplazando dentro de una máquina que puede convertirse, en cualquier momento, en un arma mortal.

Comprender el razonamiento anterior demanda un mínimo de lógica y debería obligarnos, a todos quienes nos colocamos todos los días detrás del volante de un automóvil, a considerar con absoluta seriedad la necesidad de eliminar toda distracción mientras conducimos.

Por desgracia, la auténtica “adicción” que padecemos actualmente a la “conectividad” no impide alejarnos un sólo minuto de nuestros dispositivos móviles y nos sentimos “obligados” a responder mensajes, actualizar información o simplemente verificar las últimas publicaciones en redes sociales de forma constante, incluso cuando conducimos.

Múltiples estudios demuestran que es sumamente peligroso -para nosotros y para los demás- utilizar el teléfono celular -o cualquier otro dispositivo móvil- mientras se conduce y por ello las normas de muchos países del mundo imponen severas sanciones a quienes manejan y “textean”.

Una dolorosa muestra de las consecuencias que puede tener esta insana práctica la estamos atestiguando hoy en nuestra ciudad, luego de que una persona falleciera tras ser atropellada por una conductora que se distrajo mientras utilizaba su teléfono celular.

El atropellamiento le provocó a la víctima lesiones de las cuales no pudo recuperarse, falleciendo luego de varias horas de agonía en un hospital de la localidad.

El fatal desenlace de esta historia tendría que llevarnos a concluir, sin ambigüedades ni fisuras, que utilizar el celular mientras se conduce es una actividad peligrosa cuya práctica debe ser combatida a través de múltiples frentes al mismo tiempo.

Por un lado, es preciso establecer severas sanciones por incurrir en tal práctica, pues manejar y utilizar el celular al mismo tiempo implica poner vidas humanas en peligro.

Por el otro, se requiere el diseño e implementación de una campaña de concientización que tome como ejemplo las muchas víctimas fatales que esta práctica ha cobrado.

No debemos esperar a que nadie más muera para actuar en contra de la epidemia de conectividad que nos aqueja y representa, como lo demuestra el ejemplo que citamos, un riesgo mortal para quienes conducen y para los peatones.