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Texas afronta una plaga de problemas tras el paso de Harvey
HOUSTON.— Una semana después de que Harvey arrasase la costa texana del Golfo de México, una ciudad del estado no tenía agua corriente y una planta química afectada por las inundaciones sigue registrando incendios, mientras comienzan los funerales de algunas de las crecientes víctimas del desastre.
En Beaumont, Texas, una ciudad con casi 120.000 habitantes, los residentes esperaron en una fila de más de una milla para conseguir agua embotellada después de que el servicio de agua potable municipal fallase a principios de semana.
En Arkema, una anegada planta química en Crosby, podría verse un denso humo negro y llamas naranjas tras la explosión de dos trailers con componentes altamente inestables. Es el segundo incendio en la factoría en dos días.
Y en Houston, familiares y amigos se reunieron el viernes en la noche para recordar a Benito Juárez Cavazos, de 42 años, una de las 42 personas que fallecieron por Harvey. Cavazos llegó a Texas hace 28 años tras cruzar de forma ilegal desde su México natal y estaba en proceso de obtener su permiso de residencia permanente o "green card".
"Es muy desafortunado que justo cuando finalmente tenía esperanzas de poder ir pronto a México a ver a su familia ocurriese todo eso", dijo su prima, Maria Cavazos. "Tristemente, va a regresar a México, pero de una forma desafortunada".
El presidente Donald Trump partió el sábado de Washington a Texas, en su segunda visita a la región devastada por Harvey. Visitará Houston y Lake Charles, en Luisiana, para examinar los daños. La Casa Blanca dijo que el mandatario hablará con gente afectada por el desastre y se reunirá con voluntarios. El presidente no tuvo este tipo de contacto en su primera visita del martes.
Previamente el viernes, el alcalde de Houston, Sylvester Turner, anunció que una operación para aliviar dos presas podría hacer que miles de casas sigan inundadas hasta por 15 días más. Si los residentes deciden quedarse en la zona y más tarde necesitan ayuda, los servicios de emergencia podrían verse aún más sobrecargados de trabajo, añadió el regidor.
Las autoridades pidieron a los residentes de partes todavía anegadas del oeste de Houston que desalojen la zona por la apertura de aliviaderos en dos embalses que protegen el centro de la ciudad. La operación mantendría las inundaciones en algunas zonas que ya quedaron sumergidas hace unos días. Las viviendas que no se vieron afectadas por las crecidas de Harvey podrían no estarlo ahora tampoco, señalaron funcionarios.
Algunas de las casas afectadas tienen varios decímetros (pies) de agua en su interior, y en llega hasta el tejado, dijo Jeff Lindner, meteorólogo de distrito.
Turner pidió más vehículos para circular por crecidas, así como equipos de búsqueda y salvamento, mientras en la cuarta ciudad del país se siguen buscando sobrevivientes o cadáveres que pudieran haber pasado inadvertidos en los vecindarios más afectados.
La tormenta ha perdido la mayor parte de sus características tropicales, pero sigue dejando intensos aguaceros que amenazan con provocar inundaciones incluso en estados tan al norte como Indiana. Hasta el viernes por la noche, Harvey había arrojado más de 23 centímetros (9 pulgadas) de agua en partes de Arkansas y Tennessee, y más de 20 centímetros (8 pulgadas) en sectores de Alabama y Kentucky.
Los restos del meteoro podrían descargar entre 2,5 y 8 centímetros (de 1 a 3 pulgadas) en partes de Kentucky, Indiana, Ohio y Virginia Occidental. Expertos del Servicio Meteorológico Nacional esperan que Harvey se desintegre y se mezcle con otros sistemas en el Valle de Ohio el sábado por la noche o el domingo.
Lejos de allí en el Atlántico, el huracán Irma sigue una ruta que podría llevarlo al Caribe oriental a principios de la semana próxima. La tormenta categoría 2 se desplaza en dirección noroeste a casi 20 kilómetros por hora (13 millas por hora).