Tercera ola de COVID: es real y está aquí

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Tercera ola de COVID: es real y está aquí

La estadística es contundente: en sólo cuatro días, el número de nuevos casos de personas contagiadas por el coronavirus SARS-CoV-2 ha superado a todos los registrados durante el mes de junio pasado en Coahuila y, a este ritmo, en julio se acumularán tantos como en el trimestre abril-junio.

El repunte es alarmante desde cualquier punto de vista pues, de un lado deja claro, por enésima ocasión, que la pandemia está lejos de haber sido “domada” y, del otro, que la vacunación no es una contención suficiente.

Este último dato, vale la pena recordar, ya lo conocíamos, pues los especialistas han advertido con toda claridad que las vacunas disponibles solamente evitan el desarrollo de los síntomas graves de la enfermedad, pero no evitan la propagación del patógeno.

No es menos cierto, sin embargo, que todos albergábamos la esperanza de que, aún siendo cierto que aún vacunados podríamos contagiarnos, la estadística revelara una incidencia menor o incluso despreciable. Contrario al deseo general, las nuevas variantes del virus están manifestándose más virulentas.

Por otro lado, crece el número de casos conocidos de personas que, habiendo sido vacunadas, contraen la enfermedad, desarrollan síntomas graves y mueren. Paralelamente se acumulan las noticias relativas a secuelas severas dejadas por la enfermedad y un creciente número de contagios en menores.

Convendría recuperar –al menos en parte– el temor al contagio que nos llevó, al inicio de la pandemia, a extremar las medidas de prevención y a reducir al mínimo nuestra movilidad"

Todos estos elementos, que forman parte de la evolución de la pandemia a nivel global, deben ser tomados en cuenta por las autoridades estatales y municipales de Coahuila para definir las acciones con las cuales se enfrentará esta tercera ola de contagios.

El hecho de que el número de camas de hospital ocupadas por pacientes contagiados sea bajo pese al repunte, no puede convertirse en pretexto para bajar la guardia o minimizar lo que está ocurriendo. Estamos ante una nueva oleada de contagios que demanda una estrategia seria.

En este sentido resulta obligado recordar que la ausencia de una estrategia adecuada para enfrentar la pandemia nos ha costado ya demasiadas vidas humanas y que resultará inadmisible que el número de víctimas siga elevándose como ya lo está haciendo.

Las personas, desde luego, debemos hacer nuestra parte y contribuir a la contención del virus. Para ello convendría recuperar –al menos en parte– el temor al contagio que nos llevó, al inicio de la pandemia, a extremar las medidas de prevención y a reducir al mínimo nuestra movilidad.

Vacunados o no, todos seguimos siendo potenciales transmisores del virus y debemos hacernos cargo de ello. El uso de cubrebocas, la distancia social y el reforzamiento de las medidas de higiene personal deben convertirse en reglas estrictas de nuestra actividad diaria.

Todos podemos –y debemos– contribuir a contener esta nueva embestida del coronavirus. Lo primero que debemos hacer es asumir que la tercera ola de contagios es un hecho puntual y que ignorarla o minimizarla puede imponernos un costo aún mayor al que ya hemos pagado.