TEPJF: ¿decisiones que tensan la situación?

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TEPJF: ¿decisiones que tensan la situación?

Lo que tendríamos que valorar es el sistema de reglas y entender lo valioso que es definir cuándo una discusión ha concluido

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dictó ayer tres sentencias que tienen lecturas dicotómicas -en términos políticos- y por ello mismo desatan -y desatarán- encendidas polémicas respecto de la forma en la cual se equilibran los poderes públicos en nuestro país.

La decisión de cancelar las candidaturas de los candidatos a gobernador, por Morena, de los estados de Michoacán y Guerrero, así como de ratificar la decisión del Instituto Nacional Electoral, de establecer reglas que impidan el uso abusivo de la regla de la sobre representación en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, constituyen aspectos conflictivos de la contienda electoral en curso.

La discusión en relación con ambos temas fue intensa y seguramente seguirá discutiéndose cuál es la razón que debe prevalecer. Pero lo importante en torno a dichas polémicas en que han sido zanjadas. Y esto es quizá lo más relevante que se debiera aquilatar.

En otras palabras, lo que tendríamos que valorar es el sistema de reglas que nos hemos dado -en realidad, que han construido los partidos políticos- y entender lo valioso que constituye el hecho de tener definido cuándo una discusión ha concluido, al menos de formo contingente.

Habrá, desde luego, quien festeje que se haya “cerrado la puerta” a que determinados individuos puedan ser candidatos o que se regule de mejor forma el hecho de que los votos de la ciudadanía se transformen en escaños de manera más adecuada. Pero eso no cancela la discusión de fondo.

Es inevitable, sin duda, tomar partido en relación con estas discusiones. Y eso está bien, siempre y cuando entendamos que el tomar partido implica asumir una posición para debatir los temas de la agenda pública y que nuestras posiciones personales pueden o no prevalecer en la discusión especializada, sobre todo cuando los tribunales deben decidir cuál de las visiones debe imponerse.

En este sentido, también es necesario asumir que el hecho de que una visión prevalezca siempre puede ser una decisión contingente, es decir, que no se trata de una decisión que se toma de una vez y para siempre.

En síntesis, lo que debemos tener en cuenta es que lo importante es discutir con la intención de fortalecer la democracia como forma de organización social y no con el propósito de imponer nuestra visión particular al resto de los integrantes de nuestra comunidad.

Por ello, la tensión que en este momento representan las sentencias que ha dictado el Tribunal Electoral no puede -y no debe- convertirse en estandarte de victoria para algunos y en estigma de derrota para los otros. Lejos de esta posibilidad, lo que debiera ocurrir es que todos entendamos que estas resoluciones representan la oportunidad de seguir discutiendo, en forma civilizada, la forma en que debemos seguir discutiendo la fórmula que haga que todos quepamos en esta sociedad.