‘¡Tengo a la peor de las cuñadas!’

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‘¡Tengo a la peor de las cuñadas!’

ESTIMADA ANA:

 Soy de las típicas cuñadas que se quejan de la esposa del hermano. Y es que usted no sabe Ana, pero ella es la peor de todas y trata a mi hermano con la punta del pie desde que eran novios.
Y no solo eso, sino que nos enteramos que además andaba de coqueta, por no decir de otra forma, con otros hombres, compañeros de su oficina. La verdad es muy guapa, es atractiva y a cualquier hombre le llama mucho la atención, eso sí lo reconozco.
Pero de eso, a que quiera ser así con mi hermano, eso si que no lo soportamos. Pero ya sabrá, mi hermano, con toda su nobleza, su carácter siempre apacible y eternamente enamorado de la mujer, pues le propuso matrimonio y un buen día se casaron.
Peor  tormento comenzó desde ese día, pues se ha dedicado a hacer lo que se le da la gana, sigue siendo exactamente igual que cuando eran novios, con la única diferencia es que ahora además, nos hace la vida de cuadritos a nosotros, su familia política.
Ya son varias las ocasiones en que nos mete en algún conflicto con mi hermano, inventa cosas, provoca malos entendidos y al final todos salimos de pleito. Y no solo a los hermanos nos lo ha hecho, sino que a mis papás también.
Cuando ha sucedido no hacemos nada, ni siquiera mi hermano se entera, pues pensamos en él y no queremos provocarle un disgusto ni hacer que tenga problemas con ella, solo nos quedamos con la impotencia y nos quedamos callados.
Afortunadamente aún no tienen hijos, pues eso complicaría más las cosas, no quiero ni imaginarme como sería la vida de mi hermano con una mujer dominante que además tiene un hijo; viviría entre chantajes y llantos.
A veces me dan ganas de decirle a mi hermano que abra los ojos, que no sea tonto y que es más que evidente que su mujercita es una canija, que fije quererlo pero que en realidad tiene una doble vida desde que eran solteros.
Y es que no le he contado que a ella, mi hermano mayor la conoció antes que todos, salió con ella para pasar el rato y luego y ano la buscó más. Tremenda sorpresa se llevó cuando mi otro hermano, la llevó a la casa de mis papás y presentándola como su novia.
Para entonces ya todos sabíamos de aquella aventura, pues además ya eran varias las “aventuras” con otros hombres de la “raza” de mi hermano mayor. Es más, él mismo nos platicaba cuanta cosa de ella.
Es por eso que no podemos soportar que ahora se haga como si nada, como si no supiéramos nada de su pasado y además, se porte así de canija con mi hermano.
No sé hasta qué punto podemos o debemos intervenir nosotros como familia, si le decimos la verdad a mi hermano o que allí le siga, hasta que un día él solito abra los ojos y descubra la calidad de mujer que tiene por esposa, ¿usted qué cree que debemos hacer? 
       LIDIA 


ESTIMADA LIDIA:

Nada, absolutamente nada deben hacer. Claro que es demasiada la impotencia al ver esa escena que tan bien describes, pero aquí los actores protagonistas son ellos y solo ellos y en este caso tu hermano, es el único capaz de ponerle fin.
Por más que ustedes vean que ella es de una manera o de otra, no hay gran cosa que puedan hacer, pues muy seguramente a tu hermano así le gusta, así quiere que sean las cosas y sus motivos tendrá, válidos o no.
          ANA

 

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