“Tengo 90 años y me voy de viaje”
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“Tengo 90 años y me voy de viaje”
Di sí a la vida”, ese es el lema que aparece en Facebook junto a la foto de Norma; una maravillosa mujer de 90 años que ha decidido vivir. En su página www.drivingmissnorma.com se presenta su libro, a modo de crónica, sobre sus experiencias al vivir el viaje transformador de su vida. En él, ella nos comparte que nunca es tarde para empezar una aventura, inspirar fe y esperanza e incluso convertirte en un aventurero.
Cuando me llegó por medio de las redes su historia, quedé fascinada. Una mujer que acompañó a su esposo durante siete años en la lucha de una enfermedad difícil, de la mano de cirugías, radiaciones y quimioterapias. Y que recién habiéndolo perdido, descubre que está enferma de cáncer cervicouterino. Su respuesta al Doctor al enterarse que tenía cáncer fue: “Tengo 90 años y me voy de viaje.” Empacó lo necesario y decidió atravesar el país en carro con 3 de sus seres más queridos: su hijo Tim, su nuera Ramie y su perrito Ringo. Decidió probar las comidas que jamás pensó probar; atreverse a aventurarse cómo subirse a un globo aerostático; y compartir a sus seres queridos sus sentimientos y experiencias más íntimas.
Quería aprender de su testimonio y que aprendamos cómo comunidad. ¿Porqué hemos dejado de vivir aunque tenemos salud? ¿Porqué tenemos que correr si tenemos tiempo, porque no caminar? ¿Porqué vivimos cómo si fuéramos a vivir para siempre? ¿Porqué retrasamos lo que disfrutamos hacer? ¿Porqué dejamos para el último lo que deseamos, y en ocasiones nos dejamos para el último? El objetivo verdadero de esta vida es ser felices y contribuir a la felicidad del otro. Es vivir, disfrutar, aprender, experimentar, gozar, crecer. Nos hemos olvidado que todo lo demás es parte del viaje y de transitar. Que cada situación que se nos presenta es parte de la experiencia, es parte de la lección que tenemos que aprender para convertirnos en una mejor versión de la persona que Dios espera de nosotros. No esperemos a tener 90, a tener una enfermedad incurable, a tener ese dinero, esa vacación, esa oportunidad para VIVIR al extremo y disfrutar el hoy.
El hoy es lo que tenemos, es lo que Dios nos regala. Y tu, ¿Vives tu vida hoy? ¿Qué te falta por vivir? ¿Qué ansías experimentar? ¿Qué te conecta contigo? ¿Qué te hace reír? ¿Cada cuándo disfrutas de estar con quien amas? Bien dice el dicho, “La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento.” Aprendamos de Norma, hagamos infinitos los momentos, hagamos de gozo y de disfrute cada experiencia que vivamos, cada minuto con nuestros hijos, cada oportunidad de amar. Vivamos, cómo si hoy fuera nuestro último día, el día de hoy es un regalo.