ESTIMADA ANA:

Mi esposo y yo tenemos diez años de casados y estamos pasando por una fuerte crisis en nuestro matrimonio, que más bien pienso que es el resultado de ir dejando pasar pequeñas crisis durante todos estos años.

Y es que desde que nos casamos nunca hubo entre nosotros una verdadera comunicación, no hubo entendimientos en muchos aspectos que dejamos pasar por tratar de corregir las cosas, pero me doy cuenta que en lugar de corregirlas, las empeoramos más al no resolver en el instante lo que sucedía.

Ahora veo que ya no hay lugar para la comprensión o la paciencia, aunque cuando estamos bien es evidente y puedo comprobar que entre nosotros aún hay amor y mucho, pero cuando aparece algún problema, una discusión o un malentendido, por pequeño que sea, los niveles de enojo y frustración crecen y por lo mismo, comunicarnos para resolverlo es prácticamente imposible.

Y eso es lo más triste de todo, pues parece que cualquier malentendido sin importancia funciona como una chispa que origina un gran incendio. 

Pero todos esos esfuerzos no parecen suficientes, sabemos lo que tenemos que cambiar y aún así, nada cambia, cada vez es más difícil encontrar el equilibrio, saber que es lo que cada uno está dispuesto a sacrificar, sobre todo cuando una de las partes tiende a culpar al otro de casi todos los conflictos.

En verdad queremos salvar nuestro matrimonio, nos sentimos desesperados porque no sabemos cómo, le agradeceríamos algún consejo que nos esclarezca las cosas.

Elsa
  
ESTIMADA ELSA:

Algo que todos sabemos es que para una relación se necesitan dos, mientras que al momento de una separación, con que uno de los dos quiera, no existe impedimento. Con esto quiero decir que si los dos están dispuestos a continuar y buscar soluciones, claro que pueden hacerlo.

Evidentemente los malos entendidos, pleitos o discusiones, son los que como dices tú, el motivo para que comience un fuego que parece difícil de extinguir y cuando hay un conflicto vivo, cualquier comentario, mal gesto o alguna palabra de más puede provocar más discusiones, cayendo en un círculo del que es cada vez más difícil de salir. 

Para ponerle solución a sus problemas y a esta serie de conflictos que cada vez es más constante, analicen qué es lo que cada uno puede aportar a la relación para solucionarlo, procuren centrarse en la comunicación, en los motivos reales por los que quieren que su matrimonio no termine, como el amor que se tienen, los hijos que tienen, la familia que en estos años han formado, etc., sin resentimientos, reproches y reclamos por cosas que ya quedaron en el pasado.

Cada uno hable de sus sentimientos, del cómo se sienten cuando ocurren esos momentos de discusión, y definitivamente, aporten soluciones, propuestas efectivas para que todo fluya de la mejor manera.

Y es que en un matrimonio no se trata solo de estar y vivir juntos, sino de además estar bien, dentro de una armonía, que la familia tenga una relación saludable y en paz, pero esto se logra solamente cuando cada integrante pone de su parte para que así sea. Y definitivamente la pareja es ese pilar que la familia necesita para permanecer fuerte, si no tiene las bases firmes, poco a poco la familia se debilitará hasta derrumbarse.

No lo permitan, son un matrimonio enamorado y en sus manos está salir adelante.

ANA