Telma y la izquierda vernácula
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Telma y la izquierda vernácula
Cuando uno piensa en la mujer como militante de izquierda es inevitable recordar a figuras paradigmáticas como Rosa Luxemburgo y Dolores Ibarruri; la primera, una combativa mujer fundamental en la Liga Espartaco, asesinada por los esbirros de banqueros al iniciar una revolución en su contra; mientras que Dolores, la “Pasionaria”, una combatiente contra el fascismo en la Guerra Civil española que, tras su exilio en la URSS, se convirtió en la dirigente del Partido Comunista Español.
Claro que aquí en Coahuila también podemos pensar en mujeres de la izquierda vernácula, una de ellas, por supuesto, Mary Telma Guajardo, fina estampa de mujer hacia la historia (mejor dicho story, que no es lo mismo que history), y Petra Santos, excandidata del PRD al Gobierno de Sonora y, al igual que Telma, ex diputada federal con argumentos políticos demasiado nebulosos.
Por ejemplo, Petra Santos se inició como luchadora social a los 12 años de edad arengando a los ferrocarrileros en Frontera, Coahuila, su tierra natal. Cursó la Normal en Saltillo y luego pasó por la Patricio Lumumba en Moscú. Ella cuenta que por su departamento en la Ciudad de México, pasaron personajes de avanzada como Demetrio Vallejo, Valentín Campa, David Alfaro Siqueiros, Arnoldo Martínez Verdugo y Ramón Danzós Palomino. Afirma que en Saltillo, el peligroso Catón le puso un “cuatro” y que fue a parar a la cárcel y de allí a la clandestinidad ¿Story o history? Nadie sabe, es un caso nebuloso, como el de muchos farsantes de la izquierda vernácula.
El caso de Telma es menos truculento que el de Petra. Ella conoció a Trini Morales Vargas y se convirtió en su pareja. Ambos son de la izquierda que cobra con la derecha. Aunque la story de Trini es muy parecida a la de Petra: persecución, tortura, clandestinidad, de los que sobrevivieron a la “Liga” y que nunca le soltaron la “sopa” a del Toro, ni a Miyazawa, tampoco a Ventura y menos a Nazar Haro. Y lo repetimos: en su “Memoria Roja”, Fritz Glockner no menciona para nada a Trinidad Morales, ni a Petra Santos, y mucho menos a Mary Telma quien, seguramente, sí aparece en las novelas de amor de Yolanda Vargas Dulché.
Este columnista conoció a Petra Santos en la 58 Legislatura donde el suscrito fue asesor en la bancada del PRD; y Petra, diputada federal “pluri”. Lo más destacado de Petra en la Cámara fue su mitomanía; siempre aseguró que la querían matar aunque nunca dijo quién, si los fascistas, los estalinistas, la CIA o la KGB. Jesús Zambrano, que es de Sonora, a donde Petra fue a vivir después de ser “desterrada” de Coahuila, afirma que Petra no está bien de sus facultades mentales. Candidata del PRD al Gobierno de Sonora en 2009, fue acusada de ser palera del PRI en esos comicios.
Otra “pasionaria” de la izquierda vernácula es Telma Guajardo, virtual candidata del PRD al Gobierno de Coahuila. Ya advirtió que no será palera de nadie, pues la comadre ha dicho que la gente ya está harta del PRI y del PAN.
Y así como Petra fue diputada federal “pluri”, Telma Guajardo también lo fue en la 61 Legislatura donde fue muy cuestionada, tanto así, que el parrense Jaime Cárdenas Gracia, diputado por el PT, impulsó una propuesta con punto de acuerdo para investigarla, asunto que aparece en la Gaceta Parlamentaria No. 3552, del 11 de julio del 2012.
Como Petra y Telma, ninguna. Es más, ni “Pasionaria” ni Rosa Luxemburgo podrían hacer mejor papel en la izquierda vernácula mexicana.