‘Tejidos en conexión’: Hilan al sarape con la cultura Navajo

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‘Tejidos en conexión’: Hilan al sarape con la cultura Navajo

Productos textiles. Se analizaron las características comunes de estos productos en las diferentes latitures. / Foto: Orlando Sifuentes.
A pesar de su popularidad hay muy pocos registros històricos sobre el sarape

El pasado jueves 4 de abril se inauguró en el Museo del Sarape la exposición “Tejidos en conexión, Saltillo - Navajo”, producto de una investigación que realizaron alumnos de la Escuela de Artes Plásticas Prof. Rubén Herrera de la UAdeC en torno a los productos textiles de ambas culturas.

El sarape de Saltillo y las prendas de lana tejida de los Navajo comparten muchas características, desde sus materiales hasta los símbolos que utilizan, por ello el Consorcio para la Colaboración en la Educación Superior en América del Norte lanzó este proyecto en el que la EAP trabajó en coordinación con la Eastern New Mexico University.

Aquí la investigación estuvo liderada por Ana Isabel Pérez-Gavilán, docente de Historia del Arte Mexicano, cuyos alumnos estuvieron a cargo de la misma, y quien comentó para VANGUARDIA los descubrimientos.

“El sarape es una prenda para uso masculino hecha por manos masculinas, contrario a lo Navajo que es muy lindo porque hay la historia de una mujer araña, todo un mundo de los primeros habitantes que reciben la sabiduría de esta mujer araña, les enseña a tejer y teñir y son las mujeres las que tejen”, dijo.

También señaló que a pesar de su popularidad hay muy pocos registros históricos, suficientemente antiguos, sobre el sarape.

“Exploramos lo que era el sarape de Saltillo, su historia, que no hay tanto escrito. Lo que hay son artículos de divulgación, muy valiosos en el sentido de que es lo único que hay a nivel de difusión pero que reducen el sarape al sarape fantasía, que es el más popularizado a partir de los años 50’s y te dicen cosas muy dogmáticas y reducen la riqueza de los materiales y los degradados de los tintes”, comentó.

En la exhibición hay un ejemplar de los Navajo, gracias al cual es posible identificar las diferencias que existen con el sarape, principalmente los colores —negros y y terracota— así como en la utilización de una cenefa perimetral que puede incluir grecas.

Los alumnos, quienes se encargaron de la redacción de los textos de sala, y aunque, de acuerdo con Pérez-Gavilán, en algún momento cuestionaron la pertenencia del estudio de los Navajo en Historia del Arte Mexicano ella argumentó que “aprender a ver algo que es tan valioso como el sarape de Saltillo con ojos abiertos y otras conexiones, es algo que no hemos hecho y es lo que aporta a la exposición”.