Taller de patronaje experimental donde se funde diseño y arte

Usted está aquí

Taller de patronaje experimental donde se funde diseño y arte

Fuera mitos. El taller ofrecer una visión real de una industria a ratos tildada de superficial. Fotos: Vanguardia/Orlando Sifuentes
Desde el seis de febrero Adriana Villalpando ofrece en Casa Rufino este curso, que busca detonar la transformación de materiales

Se trata de patronaje a la antigua usanza, la creación de prendas desde cero, pues Adriana Villalpando, la encargada de este  curso afirma que la  moda es “igual de poético que amar”. Y con esa carga, nace la idea de impartir este taller en Casa Rufino.

El interés de Villalpando por la moda empezó desde que era niña, como recuerda y aunque estudió mercadotecnia luego retomó su gusto y actualmente está más enfocada a ésta.

Desde el seis de febrero cuatro chicas con perfiles heterogéneos se integraron a su taller para darle 
vida al sueño de muchos, empezar desde cero a crear su propia ropa y desarrollar sin miedo su creatividad, pero con técnica impecable.

“Todas tienen interés. Una de ellas porque tiene una tienda de ropa y quiere crear ideas y colocarlas dentro de su tienda”, comenta la tallerista sobre sus alumnas.

La pieza más experimental que he hecho es un vestido que corté a mano, de polipiel, totalmente experimental, con un cuello inmenso y muchísimas hojas”.
Adriana Villalpando, tallerista y diseñadora de modas

Si algo distingue a Villalpando es su habilidad de salirse de lo establecido, “trabajo mucho el arte conceptual, el diseño textil, el diseño de modas y la experimentación”, detalla. Y eso es algo que sin duda va a transmitir durante las clases. 

Porque su formación académica la recuerda muy estricta y por eso, relata, “tuve que salirme del camino, empezar a buscar nuevas formas porque he visto el trabajo de muchísimos diseñadores que no siguen la creación en masa, sino pequeñas creaciones, totalmente innovadoras”. Y de ahí su punto de partida.

Y para muestra de su transgresión hay que saber que se atreve a utilizar materiales poco convencionales para crear sus prendas. “He utilizado plástico, neopreno, pvc... -después de reflexionar un poco, vuelve- Con lo que sea se puede hacer una prenda”.

La moda es una disciplina artística que se retroalimenta de cuanto gira a su alrededor. La moda es la Tierra y orbita en torno a la música, el cine, la política, la danza... La moda puede ser diversión o discurso, arte o innovación. La moda es un increíble contenedor de referencias.

Por eso cuando a Adriana se le cuestiona sobre qué la inspira para empezar una pieza de ropa, con temor a parecer cursi afirma, “el ambiente, el paisaje. El hecho de enamorarte de los atardeceres, de las flores, de las formas de las hojas... Me inspiro también en el trabajo de muchos artistas de Saltillo... el amor, la arquitectura, veo cosas y me imagino qué se puede hacer”. 

Conjugar un patrón con una idea para dar vida a una pren da, por ejemplo seguir la forma  “de la corteza de árbol, pero con plástico”, implica experimentar, abrirse al riesgo de la inventiva. “Para llegar a eso hay que seguir experimentando con materiales, formas, cortes etc”, como resume Adriana.

Y transmitir esta emoción, esta fuente que la invita a crear es algo que hará durante las sesiones de los próximos martes y jueves. 

La moda al final tiene mucho que ver con el arte porque incluye estética y discurso. Guillaume Erner, sociólogo y autor del libro “Víctimas de la Moda”, explica que la industria de la moda “apela a todas las funciones de la ironía”. Y cita a la escritora Marie de Gandt para explicar el proceso: “La ironía designa un criterio estético según el cual todo puede convertirse en arte por decisión personal del creador”. “A partir de entonces”, prosigue Erner, “la moda se siente menos sola”.