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Tabaquismo pasivo: ancianos en riesgo
Esther García, investigadora del Departamento de Medicina Preventiva y salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid y coautora de la investigación, ha explicado a EFEsalud que los ancianos son muy vulnerables a los contaminantes ambientales, ya que tienen el sistema inmunológico más desgastado, pero que pocos estudios se han centrado en las consecuencias de padecer tabaquismo pasivo.
Entre un 5 y un 15 por ciento de la población mayor de 65 años en España, sufre este síndrome muy vinculado a la falta de ejercicio físico y a la mala alimentación y como se ha visto ahora también a factores ambientales como el humo del tabaco.
Los Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, el Centro de Investigación Biomédica En Red: Epidemiología y Salud Pública,y la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore seleccionaron a 2.059 no fumadores de 60 años o más.
La exposición pasiva al humo del tabaco en estas personas se valoró midiendo la concentración en suero de cotinina, un biomarcador específico de exposición a la nicotina.
Síndrome de Fragilidad
Paralelamente, se diagnosticó el síndrome de fragilidad por la presencia de, al menos, tres de los siguientes criterios: pérdida de fuerza, lentitud de la marcha, cansancio, reducida actividad física, y bajo peso.
Cualquier elemento externo o interno (enfermedad,depresión,caídas,reacciones adversas a medicamentos..) pueden activar o potenciar el ciclo de este síndrome.
Por tanto, el anciano frágil tiene disminuidas las reservas fisiológicas, y se encuentra por ello en una situación de mayor vulnerabilidad que de no ser atendida puede derivar en caídas, hospitalizaciones u otros episodios adversos.
Es por esto que los investigadores también evaluaron la relación entre el número de personas que fuman en el hogar y el riesgo de la fragilidad en el adulto mayor, haciendo un especial énfasis en el hecho de que este síndrome es más frecuente si el paciente vive con dos o más fumadores activos.
El problema, ha señalado a EFEsalud la doctora García, es que dentro de los hogares no está prohibido fumar y el anciano pasa la mayor parte de su tiempo dentro de este espacio cerrado, con lo cual su exposición al humo es mucho mayor, si convive con parientes fumadores provocando diversos daños.
De acuerdo con el especialista, hay que entender además que el tabaquismo pasivo es malo para las coronarias, el cáncer de pulmón y el derrame cerebral, y estas son otras vías que empujan a la persona mayor a padecer síndrome de fragilidad.
Identificar los factores de riesgo que pueden desencadenarla, supone un importante paso en la prevención y mejora de la calidad de vida de las personas de la tercera edad.