Los pobladores de Zitácuaro, Michoacán viven en alerta ante la irrupción de un nuevo grupo criminal que no sólo pretende traficaron con drogas, sino el control total de la región: el cártel de los Cristaleros.

Los sicarios de esta célula criminal, extendidos por el municipio localizado en la región oriente de la entidad, controlan todo un catálogo de actividades delictivas. Según los medios locales, se trata de una agrupación de operadores de la Familia Michoacana, establecidos en la zona.

Aunque la presencia de La Familia Michoacana y el narcomenudeo de metanfetamina y todo tipo de drogas son conocidos en Zitácuaro desde hace varios años, a mediados de agosto y hasta finales de 2020 recrudeció la violencia en ese municipio, con la aparición de cuerpos descuartizados o decapitados, y con mensajes. En ese periodo, al menos tres operadores del transporte público, choferes de taxi y furgonetas, fueron asesinados.

Esto sin contar los enfrentamientos que dejaron varios muertos y heridos, inclusive ataques contra personal de la Fiscalía Regional.

Para finales de ese año, los habitantes acechados por las extorsiones a la cadena productiva del aguacate y la guayaba, ya habían instalado tres puntos de vigilancia en la carretera de la localidad Carpinteros, el segundo en la entrada a la Soledad y el tercero en la entrada de Curungeo.

“Estos delincuentes tienen sometidos a productores indígenas de aguacate, otros han sido despojados de sus huertas, casas y vehículos”, denunciaban los pobladores citados por un medio nacional, en referencia al denominado “Cártel de los Cristaleros”.

Sobre la actuación de la autoridad, en especial de la Fiscalía Regional que encabeza Francisco Herrera Franco, los pobladores dijeron que luego de una balacera que tuvo lugar el 14 de noviembre contra miembros de la delincuencia, con un saldo de varios muertos de ambos lados, la autoridad “sólo recogió los cuerpos del grupo delincuencial” y no se hizo más al respecto.

En 2021, la tarde del 17 de enero y la madrugada del día siguiente, una incursión armada a la comunidad indígena Donaciano Ojeda dejó un saldo de 13 muertos, de acuerdo con habitantes, aunque el gobierno solo reconoció 10, luego de dos días de diligencias en el sitio.