"Sin diversidad, esta estantería sería bastante aburrida", son las palabras que se podían leer de un cartel colocado junto a las estanterías vacías en un supermercado del barrio alemán de Hamburgo.

La imagen, más propia de una acusada crisis de desabastecimiento, es en realidad una acción que la cadena de supermercados Edeka puso en marcha durante el fin de semana, en la que mandó a retirar de sus estantes cualquier producto de fabricación extranjera con el fin de concienciar a la sociedad alemana sobre el creciente racismo y la xenofobia.

Durante el sábado 19 de agosto, los vecinos y clientes del Hafencity que se acercaron para realizar la compra se encontraron con más estanterías vacías que productos. Quienes fueron para comprar verduras se fueron con las manos vacías, del mismo modo sucedió con quienes quisieron comprar quesos para sus bocadillos o tomates para sus ensaladas o guisos. No había prácticamente nada, tan solo carteles que decían frases como: "Nuestra selección hoy sabe lo que son las fronteras", o "así de vacía está una estantería sin extranjeros".

Con esta acción cargada de simbolismos, los supermercados Edeka pretenden mostrar cómo sería el mundo si el racismo y la xenofobia ganaran la batalla, y hubiese que renunciar a todo lo que no fuera producto nacional.

"Edeka representa la diversidad, y producimos una amplia gama de alimentos en nuestro surtido, que producimos en diferentes regiones de Alemania", dijo un portavoz de Edeka. "Pero es junto con los productos de otros países con los que creamos una diversidad única que nuestros clientes valoran".

Como era de esperar, las fotografías de las estanterías vacías y los mensajes de los carteles fueron ampliamente difundidos por las redes sociales, donde la iniciativa todavía está dando de qué hablar.