Pregunta:
Mi relación y mi vida no marchan bien. No estoy contento en el trabajo y mi matrimonio no ayuda. Mi esposa no me valora y apenas me presta atención. Tengo la sensación de que no quiere estar conmigo y se mantiene ocupada haciendo otras cosas. Odio envejecer y sentir que mis mejores tiempos quedaron atrás.

¿Cómo puedo adquirir una perspectiva más positiva y mejorar mi matrimonio? ¿Es posible?

Respuesta:
Me parece que usted está descontento consigo mismo y con la vida y cuando una persona es desdichada, resulta difícil mantener relaciones saludables. Creo que se debe a que la desdicha nos deja en un estado de miedo y carencia en el que nos sentimos inseguros y desequilibrados. Esto nos centra excesivamente en nosotros mismos y cuando el foco está puesto principalmente en nosotros, no hay mucho lugar para el amor y las relaciones sufren.

Tiene que descubrir la causa de su desdicha y ante todo trabajar para resolverla. Una vez que pueda sentirse bien con usted mismo, estará presente en su relación de una manera que a su pareja le parecerá saludable y positiva.

La desdicha tiene cuatro causas principales. Analice si alguna le resulta conocida:

1. Una baja autoestima o miedos de no valer lo suficiente. ¿Se compara con los demás? ¿Está obsesionado por la inseguridad y el pensamiento negativo respecto de sí mismo? ¿Siente que vale menos o es menos bueno que otros?

2. Insatisfacción con lo que está ocurriendo en su vida. ¿Piensa que la vida es injusta con usted? ¿Qué se aprovecharon de usted, que lo engañaron o lo maltrataron? ¿Está deprimido con el lugar donde está o lo desalienta que su vida no llegue a ser mejor de lo que es ahora? ¿Siempre desea ser otra persona?

3. Miedo acerca del futuro o del pasado. ¿Lo obsesionan la culpa y la vergüenza sobre cosas pasadas? ¿Piensa que sus experiencias o sus errores anteriores lo definen? ¿Se preocupa constantemente por todas las cosas que podrían salir mal?

4. Elige ser desdichado porque de alguna manera lo beneficia. ¿Estar descontento le permite recibir algo de atención o de cariño o lo usa como una excusa para eludir cosas que no quiere hacer? ¿Obtiene algo contando su historia de víctima y aferrarse a ella lo protege?

¿Alguna de estas cosas le sonó conocida? ¿Quizá más de una? Al descubrir qué está provocando su desdicha, podrá asumir la responsabilidad de cambiarla. Es su responsabilidad hacerlo porque es el único que tiene control sobre sí mismo y puede controlar su pensamiento. No puede responsabilizar a su esposa de su felicidad (como parece, por su carta, que usted desearía). No es tarea de ella hacerlo feliz, es tarea suya. Tiene que descubrir qué debe hacer o cambiar en su vida para ser más feliz.

Estas cinco cosas podrían ayudarlo:

1. Cambie su política respecto del valor humano
Adopte una nueva política: que su valor no está en duda y no puede cambiar porque todos los seres humanos tienen el mismo valor intrínseco infinito y absoluto hagan lo que hagan. Esto le exigirá dejar de juzgar a los demás con demasiada dureza. Debe dar ese valor a cada uno si quiere que sea verdadero para usted. 

Borrar de su mente el miedo al fracaso convenciéndose de que no puede fracasar, porque usted tiene siempre el mismo valor que todos los demás, aumentará inmensamente la felicidad en su vida.

2. Preocúpese menos y confíe más
La incertidumbre es una parte maravillosa de la aventura de la vida. No saber qué nos depara el mañana no es algo malo, sólo es una incógnita -y la verdad es que tiene tantas probabilidades de ser bueno como malo. Si deposita su confianza en Dios o en esta increíble aula del universo entrará en cada aventura desconocida sin miedo.

El miedo es una elección. Quizá no crea que tiene una opción respecto del miedo y la preocupación, especialmente si ha sido su configuración de vida en piloto automático, pero sí la tiene. Siempre y en todo momento puede optar por confiar en el proceso de su vida y verla como un maestro sabio que conspira constantemente para serle útil, educarlo y hacerlo más fuerte, más inteligente y más afectuoso.
Puede ver que siempre ha estado de su parte y desde esa perspectiva, verá que no tiene nada que temer ni de qué preocuparse.

3. Deje de preocuparse por lo que piensan los demás
Todos enfrentamos el miedo a ser enjuiciados en algún nivel. No tiene sentido darles tanto poder a los otros sobre cómo nos sentimos respecto de nosotros mismos, pero lo hacemos. Si ejercitamos la confianza en que nuestro valor es infinito y absoluto (inmutable), comenzamos a darnos cuenta de que ninguna opinión, pensamiento o idea en la cabeza de otro puede cambiar nuestro valor y lastimarnos sin nuestro permiso.

Julien Smith dijo “El juicio y el miedo nunca terminan, pero tampoco hacen nada en realidad”. Lo que piensen otros de usted no significa ni hace nada. Usted es el mismo más allá de lo que piensen. Recuérdeselo a menudo a usted mismo.

4. Concéntrese en todo aquello por lo que esté agradecido
Durante los momentos más difíciles de mi vida pude, no obstante, contar mis bendiciones y sentirme más bendecida que estresada. Concéntrese en la gratitud todos los días, haga incluso una lista de todas sus bendiciones y encontrará muchas razones para sonreír y ser más feliz.

5. Decida que la felicidad es su carácter
Tiene que decidir qué clase de persona quiere ser. Elija verse a sí mismo como una persona feliz. Elabore una política por la cual decida ser una persona feliz en todas las situaciones porque es siempre la decisión más sabia.

Diviértase más y sea más divertido. Ría más seguido, reúna bromas e historias divertidas para compartir con quienes lo rodean. Que sea divertido vivir con usted. Sea espontáneo, aventurero y positivo. Sea flexible y afable. Encuentre maneras de hacer que todo le resulte divertido. Transforme las cosas aburridas y frustrantes en un juego. Tiene más capacidad natural para jugar de lo que cree.

Si se hace cargo de la responsabilidad de su felicidad y deja de esperar que los otros lo hagan feliz, encontrará una gran fuerza para determinar la calidad de su vida. La felicidad a veces no parece una elección, porque todos tenemos momentos de tristeza, estrés, soledad, desaliento, pérdida, fracaso y lucha, pero siempre tenemos el poder de decidir cuánto tiempo permanecemos allí.

Si no sabe cómo pensar o procesar el camino de lucha para llegar a un estado más feliz y saludable, busque ayuda profesional. Un poco de orientación y algunos nuevos recursos generarán rápidamente un gran cambio.

Usted puede hacerlo.