Sr. Presidente: la Nación le ha confiado un mandato

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Sr. Presidente: la Nación le ha confiado un mandato

Las promesas de AMLO generan esperanza para muchos, aunque se vean lejanas, además de que el camino para llegar sea incierto y lleno de riesgos

A un año de su mandato, Andrés Manuel López Obrador ha presentado su primer informe de gobierno como presidente electo democráticamente, manteniendo la consistencia y verticalidad en las ideas que manejó a lo largo de su lucha por llegar a la presidencia. Eso nadie lo puede negar. Muchos tienen la idea clara de quién es y qué es lo que esperan de él. El problema es que no todos los mexicanos piensan lo mismo, por lo que hay muchas visiones encontradas. Lo que a muchos asusta y repele, a otros entusiasma e inspira.

Son tres las dimensiones del Presidente que generan polarización: su estilo político, su visión de la política y sus políticas públicas.

En cuanto a la primera dimensión, el estilo de gobernar más cercano al del presidente Andrés Manuel López Obrador es el de Luis Echeverría, de quien dice Daniel Cosío Villegas en su libro “El Estilo Personal de Gobernar”: “puesto que el Presidente de México tiene un poder inmenso, es inevitable que lo ejerza personal y no institucionalmente
 Es decir, que el temperamento, el carácter, las simpatías y las diferencias, la educación y las experiencias personales influirán de un modo claro en toda su vida pública y, por tanto, en sus actos de gobierno”. 

En cuanto a su visión, actúa, como un “ideólogo” y un guía moral que trata de implantar un mensaje o una nueva narrativa entre la sociedad, imitando a ciertos personajes legendarios de la historia de México. 

Respecto a sus políticas públicas, lo que a muchos asusta son sus posturas de izquierda, irresponsables y equivocadas según ellos; pero el ser de izquierda es lo que, según otros, las hace responsables y adecuadas en la coyuntura actual del País. 

Dada esta percepción múltiple no sorprende que si alguien está en contra entonces es de “derecha neoliberal” (Trump); pero si está a favor es de “izquierda” (Lula, Chávez). Quien ofrece un retrato negativo de nuestro Presidente supone confusión, engaño o cinismo en sus seguidores; quien construye un retrato positivo presume desconocimiento, intereses ocultos o perversidad del lado de sus antagonistas. 

Sin negar que algo de razón puedan tener ambos bandos, esta situación es intelectualmente insatisfactoria, ya que personas inteligentes, informadas y honorables tienen posturas radicalmente distintas del mismo personaje. 

No cabe duda que hay retraso, pobreza y un pueblo oprimido que debe ser liberado de sus cadenas de sometimiento de la clase dominante; pero hay también una historia de progreso en una parte del País. 

Cuando el Presidente habla de pobres, no se refiere sólo a la miseria material de un pueblo que trabaja sin parar y sin poder salir adelante, sino también a un pueblo que sufre. Sin embargo, el problema no es individual, por más que hay individuos pobres; y la solución tampoco lo es, por más que existan y puedan funcionar programas enfocados a rescatar individuos de la pobreza extrema. 

Para una persona con miedo, abatida, que vive en la sumisión, que es incapaz de rebelarse y es escéptica frente al proyecto de liberación, no es fácil crecer y deshacerse de la noche a la mañana de su “naturaleza” servil. 

Las promesas de AMLO generan esperanza para muchos, aunque se vean lejanas, además de que el camino para llegar sea incierto y lleno de riesgos. Sin embargo, el liderazgo parece estar más que dispuesto a aceptar cualquier peligro, con tal de llegar al cumplimiento de las promesas. 

En el fondo, lo que está en juego es cómo entender la libertad y la confianza. “Desgraciados los que miden mal y pesan mal; los que cuando otros miden, exigen la medida llena, y cuando miden ellos, disminuyen la medida y el peso de los otros” (Mahoma).

Asusta a muchos pensar en un mundo sin corrupción, sin mordidas y favores que hacen que todo fluya, sin los privilegios que hacen que la vida para algunos sea más amable; de no contar con el apoyo del amigo, que es amigo del amigo de un político o funcionario. 

También les asusta pensar en un mundo de reglas claras que se aplican a todos por igual, sin influyentismos, ni favoritismos, ni amenazas; en otras palabras, vivir de acuerdo a la ley, con ética y moral y con responsabilidad ciudadana, asegurando que todos cumplan. 

Lo que ofrece el actual Presidente es un gobierno que disminuya la pobreza y la desigualdad; una sociedad que transforme el pacto social, de tal manera que se reduzca la corrupción y se fortalezca la democracia. Es el mandato de una sociedad cansada de la simulación, impunidad y corrupción para encontrar mejores formas de convivencia en nuestro país.

Disminuir la pobreza no es fácil, son muchas las variables que hay que resolver, por lo que el Presidente tiene que trabajar de manera ardua y consistente para cumplirlo; y la ciudadanía deberá estar atenta a que lo prometido no quede en simples palabras, sino que se cumpla de manera legal y adecuada.

Sr. Presidente: confiamos en que nos llevará a puerto seguro.

rodolfogarzag630@gmail.com
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Rodolfo Garza Gutiérrez